Independientemente de cuáles sean los gustos personales de cada persona, el dormitorio moderno (como estos 22 que te enseñamos aquí para inspirarte) debe resultar cálido y acogedor. Esto puede conseguirse utilizando un esquema de color estratégico y materiales como la madera y distintas fibras naturales. Pero además hay una serie de factores que es preciso tener en cuenta para hacer de él nuestro refugio y no un lugar impersonal que no nos transmita nada. Desde elegir bien el cabecero hasta tener buena mano seleccionando los textiles, todo cuenta. 

Aunque es cierto que resulta muy fácil y cómodo comprar todos los muebles a juego, el resultado puede resultar algo plano. Mezclar y combinar distintas piezas introduciendo un elemento inesperado puede ser divertido a la vez que le da más carácter.

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Dormitorio con cabecero tapizado y papel pintado.
Eugeni Pons

Olvidar las paredes

Dejar las paredes desnudas puede hacer que la habitación se sienta vacía y sin alma, sobre todo si están todas pintadas del mismo color. Cambiar esto es tan fácil como empapelar o pintar la pared del cabecero, que funcionará de punto focal entorno al cual girarán el resto de elementos. En cuanto a los marcos y elementos que suelen colgarse en ellas, el error más habitual es no hacerlo a la altura correcta. La regla general indica que lo ideal es que esté a la altura de los ojos, aunque sí es verdad que a veces se coloca más arriba con el propósito de darle altura a la habitación.

Dormitorio blanco con estantería, mesitas suspendidas y cortinas rojas.
Eugeni Pons

No tener espacio de almacenamiento suficiente

Ignorar las soluciones de almacenamiento y centrarnos solo en las decorativas puede tener un impacto muy negativo en el dormitorio. Cuando la mesita de noche es preciosa pero no cuenta con ningún cajón va a terminar por abarrotarse proporcionando un desorden innecesario. Armarios, cómodas y camas con almacenamiento inferior son algunas de las posibilidades para evitarlo.

Dormitorio blanco sin cabecero, con mesita de noche tipo tronco y escalón.
Eugeni Pons

Utilizar solo colores fríos

Si se opta por elegir colores fríos como blanco, gris o azul, será necesario compensarlos añadiendo pinceladas de tonos más cálidos en los estampados, así como jugando con las texturas de la ropa de cama, la alfombra y las cortinas. La madera funciona como un color más produciendo ese contraste tan bonito en cualquier estancia pero aún más en un dormitorio.

Dormitorio con cama con dosel y alfombra a los pies.
Eugeni Pons

Poner una alfombra de un tamaño inadecuado

Todo dormitorio debería contar con una alfombra para agregar calidez, especialmente en los meses de invierno y si se tienen suelos de madera o laminados. En cualquier caso, el tamaño debe ser el correcto ya que si es demasiado grande dificultará el paso y si es demasiado pequeña se verá raquítica.

Dormitorio con cabecero de madera y aplique negro.
Eugeni Pons

Utilizar un único punto de luz

La luz del techo es indispensable en una habitación pero no es suficiente para crear la atmósfera que se espera de esta estancia. Una lámpara en cada mesita de noche, apliques o una de pie si las dimensiones lo permiten, ayudará a disfrutar de cada momento que se pase en ella. La lectura de la noche puede resultar farragosa e incómoda con una luz demasiado fría o escasa.

Dormitorio con cabecero de madera y cojines blancos y negros.
Eugeni Pons

Abusar de los cojines

Los textiles son uno de los puntos fuertes del dormitorio, por eso no deberían elegirse de poca calidad incluso aunque a simple vista sean bonitos. Es importante poder lavarlos tantas veces como sea necesario y que queden impecables. Esto nos lleva a otro de los errores más habituales, y es algo tan sencillo como la fiebre de los cojines. Además de no saber dónde colocarlos por la noche, un exceso de cojines puede llegar a saturar. Mejor menos y que alternen color, patrón y texturas.

Dormitorio sin cabecero con cuadros en la pared y taburete a los pies de la cama.
Ferrán Freixa

Una decoración demasiado impersonal

Un dormitorio debe hablar de quienes lo habitan. No es necesario poner fotografías pero sí algún objeto que les pertenezca o simbolice algo para ellos como un recuerdo de un viaje. Despertarse y acostarse será distinto cuidando esos pequeños detalles.

Dormitorio con paredes de ladrillo y butaca de cuero.
Eugeni Pons

No contar con un asiento

Aunque no siempre es posible poner un asiento, lo cierto es que un lujo poder sentarse tranquilamente tanto a leer un libro como a algo tan básico como es calzarse y descalzarse. Tan solo basta con encontrar el que más se adapta al espacio del dormitorio.

 

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