Aunque no se detecte a primera vista, los techos y las paredes también se ensucian. Estas superficies acumulan polvo, telarañas... Y aunque no necesiten ser limpiados con tanta frecuencia como las ventanas o las puertas, sí que se aconseja abrillantarlas como mínimo dos veces al año, a principios de otoño y de primavera.
¿Qué herramientas necesitas para limpiar techos y paredes?
Lo primero es saber los utensilios que vamos a necesitar. En principio, el básico es una escoba con el cepillo envuelto en un paño limpio y seco. Una vez lo tengas preparado, es cuestión de ponerse manos a la obra.
Paso a paso
Empezamos abriendo las ventanas. Este paso es muy importante. A continuación, limpiamos los techos con suavidad y, en el caso de las paredes, de arriba a abajo. Hacemos hincapié en las esquinas y en los zócalos. De esta forma, estaremos eliminando la capa de polvo más superficial.
En el probable caso de que haya manchas, y siempre que la pintura de los techos y las paredes sea lavable, se puede usar una esponja con agua y un producto limpiador para eliminar los rastros.
Para paredes empapeladas, si hay manchas, un truco es poner un papel absorbente sobre ella y pasar una plancha. La mancha debería transferirse y desaparecer.
Si tienes aspirador, también puedes utilizarlo para adecentar tus paredes. Empieza por estas y luego 'ataca' las esquinas para que el resultado sea espectacular.
A todos nos gusta tener una casa limpia y reluciente. Junto a los baños y la cocina, dos de los lugares de la casa donde se acumula más suciedad, otro de los factores que determina la limpieza de una casa son las paredes y los techos, muchas veces los grandes olvidados. Por el uso diario y el roce de los muebles, y en el caso de los niños pequeños por tomarlo como lienzo para sus primeras manifestaciones artísticas, estas superficies merecen que les prestemos atención.