Los espacios pequeños son un tema de preocupación universal. La mayoría de nosotros vivimos en espacios reducidos o no tan amplios como nos gustaría. Y aunque muchas casas cuentan con salones amplios y dormitorios cómodos, algunas zonas como el baño o la cocina suelen construirse en versiones pequeñas. Asimismo, en el centro de las ciudades tampoco sobran los metros cuadrados. Pero nada de esto es una excusa para prescindir del color, ese elemento que tanta vida y alegría nos trae en el día a día. Descubre algunos consejos muy fáciles de aplicar para combinar colores en espacios pequeños (¡qué no te detengan!). 

Salón casa M

Sofá y estanterías - Hechos a medida. Lámpara de pared de Ikea. Jarrones Showtime de Jaime Hayon para BD Barcelona (RS Barcelona SHOP).

Elton Rocha | Proyecto de ALESSANDRO VENNERI

1. Adapta los colores a la iluminación

La luz natural y artificial influye en cómo se perciben los colores. Antes de pintar paredes o escoger muebles de color, revisa cómo varían los tonos a lo largo del día. En espacios poco iluminados, evita colores oscuros o demasiado densos en grandes superficies. Por ejemplo, una pared azul, por muy bonita que luzca, debería evitarse en zonas poco iluminadas. En su lugar, úsalos en acentos para añadir contraste sin oscurecer el espacio​​.

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Cocina decorada con una fantástica combinación de blanco, burdeos y verde.

Juanca Lagares | Proyecto del estudio CM4

2. Crea efectos visuales

Si algunas zonas de tu casa son más estrechas, aprovecha los elementos de color para estilizarla. Por ejemplo, en un baño pequeño, puedes revestir la pared con azulejos alargados y en colores vivos. Así, crearás una impresión de altura y amplitud, pero sin perder la magia del color. Juega con otros elementos como listones de madera pintados en tonos alegres, ya que estos también ayudan a hacer que el espacio se perciba más alto de lo que realmente es. Igualmente, unas cortinas de caída suave podrían crear el mismo efecto. 

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Un piso de solo 50 m2 donde no se ha renunciado al color.

Amores Pictures | Proyecto del estudio Martín Peláez

3. Bases claras, acentos vivos

Otro truco esencial para trabajar con colores atrevidos es elegir bases claras como fondo y añadir acentos vivos. ¡Conseguirás algunos contrastes muy bien logrados! Una paleta cromática de beige, gris o crema amplía visualmente un salón pequeño, una cocina o un baño. Agrega acentos como cojines de color sobre el sofá, unas flores coloridas en la mesa de centro o un mueble de tonos alegres en el baño.

Un entorno relajado

Un dormitorio cálido, pero lleno de color y elegancia.

Pol Giné | Proyecto de Somos Nido

4. Prueba con la técnica del "color block"

Aunque originalmente el color blocking era una técnica que combinaba bloques sólidos de colores contrastantes, ha evolucionado con el tiempo. Hoy en día, tiene un enfoque más matizado y moderno: se juega con distintos colores, no solo con tonos brillantes. Además, actualmente la técnica no se limita solo a las paredes. También puedes crear un ambiente envolvente y atractivo con accesorios, accesorios y muebles, incluso en espacios pequeños. Fíjate en este bonito dormitorio donde los tonos burdeos, rosas y azules coinciden de forma armónica y equilibrada. 

Cumbreras metálicas

Paredes de cumbreras metálicas con textura.

STUDIO.NOJU | Casa Triana

5. Juega con las texturas

El uso de texturas es un buen mecanismo para combinar colores en espacios pequeños. En un dormitorio, por ejemplo, puedes colocar un cabecero de terciopelo en color mostaza o terracota y equilibrar con una manta suave en color azul índigo. En espacios de herencia rústica, la madera pintada en tonos pasteles crea un efecto vintage muy encantador. Por su parte, si te gusta un estilo más industrial, aprovecha las texturas rugosas del hormigón o el metal desgastado para resaltar acentos como cojines en coral o lámparas en azul eléctrico.

Zona de ducha

Baño pequeño con pared de acento revestida de baldosas vidriadas en color verde.  

Heidi Cavazos | Proyecto de Coblonal Interiorismo

6. Una pared de acento 

¿Una pared de acento lo resuelve todo? No, pero es una opción creativa, fácil de poner en marcha y no necesitas hacer grandes reformas. Cambiar el color de una pared puede transformar por completo la visión de ese espacio pequeño que tienes en casa. Puedes elegir un área del baño para revestir la pared con papel pintado o azulejos en tonos vivos. O simplemente pintar una o dos paredes en el salón, creando así un punto focal cromático muy interesante. 

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Un pasillo estrecho donde conviven colores opuestos: un rojo suave en las puertas y celeste cian en las ventanas.

Filippo Bamberghi

7. Crea contraste con colores complementarios

Finalmente, te animamos a echar un vistazo al círculo cromático. Fíjate en los colores opuestos. Combinar tonos como  el naranja y el azul añadirá dinamismo y alegría al entorno. Este contraste puede equilibrarse con colores neutros que suavicen el impacto visual. Por ejemplo, en una cocina pequeña, combina un verde oliva en armarios con detalles en terracota y accesorios en blanco.