Localizar un terreno o, mejor dicho, "el terreno", y ubicar en él una casa que invite a la desconexión, es el deseo de muchos. Maria Ibáñez de Sendadiano y Todd Rouhe, una pareja de arquitectos con dos hijas, convirtieron este sueño en realidad. Aunque los dos adoran su trabajo en Manhattan, también vieron cómo sus escapadas a la región boscosa de Catskills, a dos horas al norte de la ciudad de Nueva York, se hacían más frecuentes. En una de sus caminatas, en medio de un área silvestre protegida en el bosque, de pronto encontraron un terreno, "su terreno", y se propusieron situar aquí su refugio vacacional.
Completada en el verano de 2018, la casa de 185 metros tiene todas las comodidades sin dar la espalda a lo que inicialmente les trajo hasta aquí: el idílico entorno. No querían invadir el lugar, sino formar parte de él, integrarse en este estilo de vida natural, aunque solo fuera durante unas semanas al año. Por eso, la vivienda está diseñada con paneles prefabricados y un alto aislamiento, y funciona con energía solar desde la primavera hasta el otoño. "Nos encanta la sensación de cabaña que crea la madera", dice Maria. La pareja, propietaria del estudio IdS/ R, ha diseñado la mayor parte del interiorismo: la mesa de comedor, las molduras de las ventanas y los armarios de la cocina son suyos.
LA COCINA PERFECTA
Como la sala de estar es un espacio abierto por todos los lados, Todd y Maria tardaron bastante tiempo en dar con la cocina perfecta. Querían un modelo que se adapatara a la espaciosa estancia, sin que los grandes ventanales –una de las grandes vías de comunicación con el exterior– se vieran afectados. Finalmente, su labor de investigación les llevó al modelo exento V1, de Vipp, la marca escandinava autora de la casa. Ellos aprecian el detalle de la encimera flotando 5 mm sobre la estructura de acero inoxidable, así como el interior negro de los cajones, algo inusual "que hace que las cosas emerjan". Vipp es capaz de aplicar su particular visión del diseño a todo un universo: desde una papelera con pedal hasta una lámpara, pasando por una cocina o un hotel. En la casa hay otros objetos de la marca, como dos lámparas negras o un jarrón.
En la planta baja, la cocina ocupa un espacio central, junto al comedor y la sala de estar, mientras que los dormitorios y el baño se sitúan en los extremos. El primer piso funciona como un loft abierto que mira al espacio habitable central: un volumen con una distribución flexible y que incluye salas de estar, mucho espacio para el almacenamiento y un despacho. Sueño cumplido.