Situada en la Costa Brava, en la localidad de Roses, su reforma es el resultado de un proceso lento que se ha extendido a lo largo de siete años durante los que la familia residente, de raíces mediterráneas y mexicanas, ha ido perfilando una distribución en la que predomina la amplitud de las zonas comunes con el objetivo de disfrutar de ellas el máximo tiempo posible.
En ello tiene mucho que ver un elemento arquitectónico empleado que ha sido clave, el cobogó. Esta celosía de hormigón de origen brasileño que debe su nombre a sus tres creadores, el portugués Amadeu Oliveria Coimbra, el alemán Ernesto August Boeckmann y el brasileño Antônio de Góis, llena de personalidad y buenas soluciones constructivas esta casa reformada por la arquitecta Alessia Schoor.
Un componente tan clásico que adornaba las fachadas de las construcciones de los años 60 y los 70, normalmente cerrando tendederos anexos a las cocinas o dando ventilación a escaleras, se ha empleado aquí con diferentes funcionalidades decorativas, visuales y de distribución.