Cuando se habla de Santorini, lo primero que viene a la cabeza son imágenes de construcciones encaladas de techos azules casi eléctricos, trepando unas junto a otras en medio de un laberinto de estrechas calles empedradas. La icónica estampa, característica de la arquitectura cícladica tradicional, se ha visto reinterpretada por el estudio Kapsimalis Architects, con sede en la propia isla, y da como resultado esta vivienda cuyas formas se basan en la historia y el paisaje de Santorini.
Situada a las afueras del municipio de Pyrgos, sobre una ladera cubierta de viñedos y frente al mar Egeo, la vivienda de 300 m2 de superficie se concibe como única residencia que se puede dividir en tres casas, cada una con su propio espacio exterior privado. Orientada hacia el suroeste de la isla, goza de la belleza de unos de los epicentros más turísticos del mundo y lo hace desde la calma y la serenidad que brinda su emplazamiento. La distribución interior se organiza en tres plantas: el sótano cuenta con espacio de almacenamiento y un garaje; la planta principal deviene el centro social de la casa con la sala de estar principal, dos cocinas, dos dormitorios y un baño; mientras que la segunda planta se dividida en otros tres dormitorios más.
A la hora de concebir el volumen de la casa, los arquitectos Marianna y Alexandros Kapsimalis tomaron como punto de partida una formación rocosa artificial monolítica, erosionada por el tiempo y los elementos. El volumen, con vistas al mar Egeo, aparece tallado por el viento, ofreciendo diversos puntos de vista y espacios semiabiertos para disfrutar del aire fresco y del sol. Los elementos arquitectónicos tradiciones griegos dejan verse sutilmente combinados e incrustados en la estructura monolítica, a la vez que se les rinde homenaje. Este el caso de las bóvedas de colores características de la isla, las antiguas torres de las murallas y los voladizos metálicos utilizados en las canteras de piedra pómez. En todo el proyecto abunda el hormigón armado, enriquecido con piedra negra y ladrillos locales. Los interiores, muchos de ellos equipados con mobiliario hecho a medida, están adornados con estuco.
Frente al blanco imperante del interior de la vivienda, el exterior apuesta por un tono tierra que se extiende por toda la fachada, así como por todo el mobiliario exterior realizado a base de yeso y arcilla. Las plantas de orígen mediterráneo y los cactus unen el edificio con su entorno natural, mientras que una piscina estratégicamente situada ofrece vistas de los viñedos de los alrededores, las colinas de Santorini y las idílicas aguas azules del Egeo.