"Que la casa se invente a sí misma" es la máxima sobre la que ha trabajado el estudio Collectif Encore para dar forma a esta casa de campo, la Hourré House, que antiguamente era un granero. Un granero en muy mal estado, con algunos de los techos derrumbados. Pero lejos de reformarlos o de cubrirlos, este estudio ha optado por conservar el hueco y aprovechar la entrada de la luz solar.
Uno de los miembros de la familia va en silla de ruedas, por lo que la reforma también tenía que contemplar esta circunstancia. En vez de optar por ascensores (que son caros y se estropean), encontraron en las rampas de madera la mejor alternativa. La vivienda es una suma de buenas ideas que, además, invita a la vida social y saludable, con un 50% de los espacios al aire libre.