No quedaba prácticamente nada, excepto un techo abovedado y algunos mosaicos de baldosa hidráulica en este piso de 1907 en el barrio de Ruzafa, Valencia. A partir de estos elementos, y dejando también ciertos fragmentos de ladrillo a la vista, el despacho de interiorismo Nordicthink/NT studio realizó una reforma integral en la que se dialoga con el pasado con texturas, materiales y mucho color que da continuidad visual e integra cada elemento en el conjunto. "Partimos de los tonos del hidráulico que se pudo recuperar, beige claro y azul oscuro para desarrollar toda la paleta general de la vivienda", explican desde el estudio. Esta premisa, y un trabajo muy detallado con muebles a medida, paneles lacados y mucho espacio de almacenaje, ha dado como resultado una vivienda de formas puras, sencillas y con una practicidad máxima en tan solo 75 metros cuadrados.
Un espacio sencillo y con mucho tacto
El estilo lo definen desde el propio estudio como "cálido, contemporáneo y armónico" en el que se ha enfatizado la historia del edificio dejando a la vista todo el forjado original y algunas paredes de ladrillo. Lo acogedor se consigue con una sencillez apabullante en la que todo está pensado con precisión por los diseñadores de NT studio que se han encargado absolutamente de todas las aristas: "desde el concepto inicial hasta toda la carpintería a medida". "También hemos incluido todo el mobiliario, iluminación, accesorios, cortinas, equipamientos de cocina y baño o manetas de puertas. Incluso los cuadros, tiestos y plantas son parte de nuestro trabajo integral", añaden.
Al estar en ruinas, los diseñadores tuvieron vía libre para crear una distribución que respondiera a la perfección a las necesidades del cliente. "Lo que hicimos fue plantear de cero toda la planta para conseguir dos dormitorios en la zona posterior y una zona de día abierta que diera a fachada. La zona central de recibidor es la que incorpora el baño y divide estas dos zonas día-noche", explican.