Tofino, en la costa oeste de la isla de Vancouver, es una de las zonas de ocio favoritas en Canadá. Allí, las condiciones climáticas extremas atraen a los surfistas y los observadores de tormentas todo el año. Enclavada en medio de un bosque, pero a escasos metros de la playa, esta casa de algo más de 230 metros cuadrados diseñada por Olson Kundig Architects crea una conexión entre el embate del océano cercano y la sensación de refugio que procuran los árboles. Compuesta principalmente por una sola estancia, la casa se abre por su cara sur al mar por medio de amplias cristaleras, mientras que en su cara opuesta se aísla y protege con muros de hormigón y madera. Los tonos naturales y cálidos de su interior se inspiran en el entorno vegetal de la zona, mientras que las obras de arte contemporáneas de la colección del propietario añaden una nota de sofisticación a este santuario natural.