Están los padres de la arquitectura del movimiento moderno europeo y norteamericano –Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Ludwig Mies van der Rohe–, y luego están los nombres imprescindibles de la escena brasileña, como Óscar Niemeyer, Lúcio Costa y Affonso Reidy. En la obra de estos últimos se fundamentan los proyectos del estudio MF Arquitetos que firma esta vivienda de 282 metros ubicada en Rifaina, una aldea de la región de São Paulo con menos de 4.000 habitantes y bañada por las aguas de la represa de Jaguara, frontera natural con Minas Gerais. Destaca por una marcada "arquitectura de autor", como Mariana Garcia Oliveira y Filipi Oliveira, componentes del despacho, califican su estilo constructivo.
"Nos inspiramos en la arquitectura modernista brasileña y siempre utilizamos materiales naturales que, junto a la conexión constante con la naturaleza, son dos puntos extremadamente importantes en nuestros proyectos", comentan. Esa interacción con el ecosistema y la presencia de elementos tomados de él caracterizan esta casa de vacaciones cuyo origen se basa en la petición de una familia compuesta por una pareja y tres niños: disponer de una residencia para disfrutar del tiempo libre, de actividades de ocio, pero también para recibir invitados y celebrar reuniones con amigos y familiares. "El concepto era dedicar el 50% del área total a la interacción social distribuida enzonas gourmet, comedor, sala de estar, piscina y baño de vapor", indican.
La mitad restante alberga la zona privada que se ubica en la parte frontal de la casa. En la distribución, MF Arquitetos ha logrado vertebrar esos espacios privados y los públicos, dispuestos al fondo de la construcción, mediante un pasillo central que da acceso a todos los ambientes y, al mismo tiempo, los separa en aras de lograr la mayor privacidad posible. La elección que han hecho de los materiales naturales aporta "ambientes acogedores, modernos y atemporales", en sus propias palabras. A la madera alistonada se suma el mármol travertino tono arena procedente de Egipto, que reviste todo el suelo. Su acabado contrasta con la pizarra negra que forra la enorme isla y el nicho de la cocina. En el exterior, la zona donde se ubica la piscina luce losas de hormigón y piedra hijau verde, procedente de Bali.
En cuanto al mobiliario, seleccionado por los arquitectos y supervisado por los propietarios, está formado por piezas muy escogidas, diseñadas por creadores brasileños como Jader Almeida o Paulo Alves, y del austríaco Martin Eisler. "Hemos dado prioridad a materias como la madera, el cuero, los tejidos y las fibras naturales, que siguen el mismo patrón de colores y acabados en todas las estancias", argumentan los arquitectos. Una de las audacias para conseguir aumentar la interacción entre interior y exterior, algo lógico dada la región ribereña rica en belleza natural, ha sido dejar que la vegetación salpique diferentes rincones de la casa. En este sentido, para Mariana Garcia Oliveira y Filipi Oliveira "todas estas composiciones, combinadas con una volumetría sencilla y funcional, proporcionan una experiencia de gran comodidad, sensación de acogida y practicidad a todos los que visitan la vivienda", concluyen.