La reforma de este piso de Avilés (Asturias) tenía un objetivo claro diseñar una casa cómoda y práctica en el día a día, con un espacio para trabajar, donde los distintos espacios estuvieran conectados. "Los propietarios nos planteaban un programa pospandémico, que incluyera una zona independiente de trabajo, con buena luz y silenciosa, un dormitorio con vestidor y baño y una cocina con mucho almacenaje con zona informal para comer, todo ello unido visualmente con el salón y la mesa de juegos”, señalan desde David Olmos Studio.
Situado próximo al casco histórico de la ciudad y con 120 metros cuadrados, antes de la reforma las estancias que dan a la fachada principal, con orientación sur, se abrían el salón y a un gran dormitorio precedido de una terraza cubierta. Mientras que, hacia el patio de manzana, con un acceso de servicio, se colocaba la cocina, un pequeño comedor, una habitación de servicio y la principal. Entre ambas zonas, que no se comunicaban directamente, se encontraba el acceso principal y los baños.
Para lograr que la unión entre los distintos espacios fuese lo más conectada posible, pero sin caer en el espacio desproporcionado y desangelado, el estudio apostó por el uso de un mobiliario curvo, que actúa como regulador de las estancias de manera suave y fluida. Al mismo tiempo que se apoyó en el color gris visón como elemento unificador del conjunto, que contrasta con el blanco de las paredes y con las estanterías de madera a veces abiertas por los dos lados.
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