En la Isla Bowen, en la Columbia Británica, en medio de un bosque frondoso y de una masa de helechos, el estudio de arquitectura y diseño de MacFarlane Biggar, ha construido una casa aislada, revestida con madera de cedro teñido de negro. Acorde con los deseos de su cliente de vivir temporadas rodeado de naturaleza y dispuesto a aventuras al aire libre, el estudio diseñó una cabaña de baja altura, con dos niveles apilados para preservar el paisaje, enfocar detalles de la flora silvestre y capturar las vistas cambiantes del océano, las montañas y el cielo. Construida en línea perpendicular a la costa rocosa cubierta de líquenes en que se asienta, la casa no impone su presencia en el paisaje.
Los diseñadores han elegido materiales que complementan visualmente el fondo natural. Gracias al cedro teñido de negro y a la transparencia del vidrio, parecería que la casa retrocede hacia la selva tropical. En el interior, los suelos y los techos son de madera de cicuta; los muros, de hormigón en su nivel inferior y con estructura de madera en el superior. "Se trata de materiales locales, elegidos por su belleza, su dureza y su refinamiento. El cedro, la cicuta, el vidrio y la piedra se despliegan con la misma honestidad e inmediatez que la profunda belleza de este sitio", explica McFarlane. Tres dormitorios, dos baños, una cocina abierta, comedor y sala de estar componen los interiores, dotados de ventanas con marcos mínimos que aseguran una conexión visual intensa con el paisaje marino.