"Estoy muy apegada al mar. Por eso creé Refugi Blau. Mi refugio donde trabajar a distancia y disfrutar de este lugar cada vez que el Mediterráneo me llama. En menos de media hora de vuelo desde Barcelona puedo llegar a mi universo azul respirando la naturaleza de Menorca", explica Paola Gheis, italiana nacida en Cerdeña pero instalada en la Ciudad Condal desde hace años, donde posee una firma de consultoría de marketing de lujo.
Para hacer realidad ese refugio llamó a Farré & Costa Interiors, un estudio con 15 años de experiencia con base en Ibiza formado por Marta Ferré y Pepe Costa. Ellos supieron darle la vuelta a este apartamento de 70 metros más 30 de terraza para crear un salón con cocina abierta, dos dormitorios y dos baños. "Estaba antiguo y un poco abandonado, por lo que necesitaba una reforma integral. Además, modificamos la distribución existente para sacar un segundo baño y tener una habitación en suite", comentan. Otro requisito, es que iba a utilizarse todo el año. "La clienta quería utilizarla como segunda residencia principalmente fuera de temporadas, por lo cual era muy importante traer al exterior un comedor y una zona confortable de asientos para disfrutar de la terraza frontal y poder contemplar las espectaculares vistas, aprovechando el buen tiempo de todo el año", explican los interioristas. Lo consigueron instalando un cerramiento de cristal que puede abrirse completamente conectando interior y exterior.
Los dormitorios, amplios y aireados, cambian la vista del azul por la de una montaña con bosque, una de las muchas zonas protegidas de la isla y uno de los motivos por los que Gheis compró esta propiedad, en un condominio con piscina.
Azul índigo es precisamente el color que articula la decoración, junto con el omnipresente blanco y el marrón de las fibras naturales. Sobre paredes y suelos inmaculados se despliegan muebles que huelen a verano: un sofá con funda de lino, cojines con estampados tipo batik, butacas de caña y ratán, espejos de mimbre, lámparas de pita… Objetos de artesanía africana y de Cerdeña, isla de nacimiento de la propietaria, decoran las dos habitaciones. "Ha sido una cosa tanto nuestra como de la dueña, hemos ido muy de la mano y ella siempre ha confiado en nuestro criterio", explican Farré & Costa. Incluso diseñaron algunos muebles a medida. “Las mesas tanto del comedor como la del salón han sido realizadas por un carpintero local basandose en nuestros planos. Para la terraza elegimos piezas de Emu, buscábamos que fueran ligeras y duraderas, por eso escogimos de aluminio”.
La estrella es el óleo abstracto de gran formato encargado especialmente por Paola a la artista inglesa afincada en Barcelona Chelsea Davine. Le pidió plasmar en él los azules del mar y del cielo de Menorca para colgarlo en la entrada, como una declaración de intenciones.
En los baños, en cambio, blancura (y sencillez) total de la mano de unas baldosas cuadradas artesanales a las que un lavabo de piedra rústica, lejos de quitarle, les añade sofisticación dentro de su naturalidad. Y es que aquí solo hay una regla, nada de formalidades y mucha sencillez. Ese es el espíritu del verano.