Edificar una casa no siempre equivale a construir un "hogar". Esto lo han tenido claro desde el principio los propietarios de esta vivienda, Xavi Gordo y Mariana Maglio, ambos con oficios creativos y muchos viajes a sus espaldas, que necesitaban un auténtico refugio que, en palabras de Mariana, "fuera también como una conclusión de lo que hemos vivido". Ramón Esteve, el arquitecto encargado del proyecto, busca siempre la singularidad formal en sus proyectos, pero también responder a la "singularidad" de quienes la van a habitar. En este caso, el diálogo ha sido muy fluido: Esteve ha escuchado a sus clientes para materializar el "refugio" que anhelaban.
La pronunciada parcela sobre la que se ha construido ha llevado a compactar la vivienda para liberar el máximo espacio de la parcela y cedérselo al jardín. El volumen se quiebra para adaptarse mejor a la pendiente. Con el mismo objetivo se han diseñado diferentes terrazas donde se han ubicado la piscina, la barbacoa, una zona de juegos y diferentes jardines. El envoltorio de hormigón de la casa, de una tonalidad blanca rota, busca mimetizarse con la piedra del lugar. En el mismo sentido, las maderas utilizadas y el acero corten recuerdan a los troncos de los árboles del bosque al que se asoma la casa. Se ha dado protagonismo a la vegetación con el fin de que envuelva la vivienda de una manera orgánica y poco ordenada, y de esta manera el bosque se apropie de la parcela.
La casa La Calma se desarrolla en tres plantas. En la baja se encuentran las estancias de día, que se organizan de manera fluida, conectadas visualmente, pero con posibilidad de independizarse. La doble altura del salón queda presidida por una gran estantería y se separa del comedor por una chimenea abierta a ambas caras. En la planta primera, los dormitorios y el soleamiento y las vistas quedan controlados mediante unas correderas de lamas. La zona exterior, con una barra alta y mesa de comedor, tiene todo el aspecto de un chiringuito de playa, una petición expresa de los propietarios que ha sido, cómo no, hecha realidad. Tomarse un cóctel en esa barra, bajo la sombra protectora, expresa el concepto lúdico que alumbra esta casa.