En una pintoresca zona rodeada de un entorno rural y principalmente agrícola en Suiza, el estudio Be Architektur presenta su proyecto residencial Barn, una fantasía de 215 metros cuadrados a medio camino entre el brutalismo y un búnker, que se esfuerza por rendir homenaje al contexto histórico de la zona de manera cautivadora.
¿Cómo lo hace? Tomando características típicas de los establos para reinterpretarlas de forma moderna. Desde lejos, la casa se integra sutilmente en su entorno rústico, su fachada exterior, revestida de madera de abeto esmaltada, emplea el mismo tipo de madera utilizado en los tradicionales graneros suizos. Además, se ha diseñado un tejado a dos aguas con tejas características de la arquitectura local.
Las ventanas, que se abren para permitir la entrada de aire fresco, están ocultas tras contraventanas de madera, mientras que amplios paneles de vidrio fijo se rematan con puertas corredizas de madera que brindan protección solar, sombra y privacidad. Una viga de acero en bruto sobresale más allá de la base del techo, cumpliendo la función de canalóny permitiendo que el agua de lluvia se deslice por los costados como una cascada.
El entorno define el proyecto
"Este edificio ha sido diseñado teniendo en cuenta la topografía del terreno", cuentan desde el estudio. "Si bien construir en una pendiente normalmente implica excavar detrás y rellenar la parte frontal, en este caso se optó por un enfoque deliberadamente distinto. La planta baja se organiza en varios niveles a diferentes alturas para adaptarse a esa pendiente".
Aunque esta nueva edificación no es un granero en sí mismo, sus espacios habitables, como dormitorios, baños y armarios, están "almacenados" en su interior como volúmenes cerrados que se apilan simbólicamente uno encima del otro. Este apilamiento crea un interior escultórico, generando un volumen espacial dentro del edificio. Alrededor de estas pilas se forma a su vez otro espacio, compuesto por un paisaje de áreas abiertas que están conectadas vertical y horizontalmente. Así, se despliega un interior generoso con una sensación de expansión sin límites.
"El nuevo edificio reinterpreta la sencillez y ausencia de adornos de un granero tradicional a través de la elección de materiales. El suelo está compuesto por losas de hormigón expuestas y las paredes están cubiertas con un yeso especial que le confiere una apariencia cruda e inacabada. Dos materiales que, combinados, buscan un efecto expresivo y coherente".