En un tranquilo vecindario de Toronto, Canadá, se encuentra esta casa victoriana de mediados del siglo XIX que ha experimentado una transformación asombrosa a manos del equipo de Dubbeldam Architecture + Design. La antigua residencia ha sido reconfigurada para acomodar a una familia creativa y sus hijos, conservando la fachada tradicional mientras se adapta al estilo de vida contemporáneo y a las personalidades únicas de sus habitantes.
A pesar de su estrechez de menos de cinco metros y un tamaño de 230 metros cuadrados, la casa ahora parece mucho más amplia gracias a una estrategia inteligente de compresión y expansión. "Los espacios estrechos brindan una sensación de recogimiento para luego abrirse a áreas más grandes con techos altos, y en cada rincón hay sorpresas que deleitan los sentidos: la fusión de espacios interiores y exteriores, la entrada de luz natural en lugares inesperados y los elementos juguetonamente esculpidos que otorgan una calidad orgánica al hogar".
De profesión, ceramista
La casa rinde homenaje a la profesión de uno de los propietarios, ceramista de profesión, y esto se refleja en la sensibilidad táctil y artesanal que impregna cada detalle. "La influencia escandinava y mediterránea se entrelaza de manera complementaria, mostrándose en la cálida madera de roble blanco de los muebles, pantallas y suelos, acentuados con lavabos de mármol Carrara y hormigón, accesorios de latón envejecido y delicados colgantes de cerámica moldeada a mano. Una base limpia de paredes y estanterías blancas sirve de lienzo para exhibir la colección de arte, tapices y esculturas de artistas locales, junto con artefactos recopilados durante viajes al extranjero y cerámicas del dueño". El color anima los espacios intersticiales de la casa: baldosas de terracota dispuestas en espiga en el vestíbulo de entrada y una pared de azulejos geométricos azul cerúleo que define la barra entre la cocina y el comedor.
Un elemento clave del diseño es la estética de las formas curvas, en contraste con la planta rectangular de la casa. "La escalera helicoidal que conecta las cuatro plantas es un punto focal que expresa el sentido de fluidez del hogar". Bañada en luz natural desde la claraboya, la barandilla serpenteante y los peldaños de roble natural proyectan sombras cambiantes a lo largo del día. Según la principal, Heather Dubbeldam, "se emplean formas curvilíneas en todo el diseño: aberturas arqueadas entre habitaciones despiertan la anticipación al enmarcar vistas de lo que se encuentra más allá, resonando con paredes curvas, vitrinas, la isla de la cocina y la banqueta, realzando aún más la sensibilidad escultórica de la casa".