Como cada año, el pabellón de la Serpentine es uno de los hitos del verano londinense. Una pequeña maravilla arquitectónica que merece la pena disfrutar y que este año celebra una arquitectura de los sentidos. El de este año, es un pabellón que, como te vamos a contar, se oye y se toca.

Un pabellón que explora el espacio de una manera diferente

El de 2024 es obra del arquitecto surcoreano Minsuk Cho y recuerda a una estrella de mar. Está compuesto por cinco brazos; todos de diferente tamaño, altura y forma, que convergen en un espacio central circular. Como explican desde la Serpentine Gallery, "al indagar sobre los anteriores pabellones, Minsuk Cho observó que a menudo son  una estructura singular situada en el centro de la pradera de la Serpentine. Para explorar nuevas posibilidades y narrativas espaciales inéditas, Cho ha diseñado el centro del pabellón como un espacio abierto".

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El brazo 'La biblioteca de los libros no leídos' va estrechándose. Los visitantes pueden traer un libro que no hayan leído.

Iwan Baan

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Los cinco brazos diseñados por Cho, que desde 2003 trabaja en Seúl, donde fundó Mass Studies, tiene en la madera el material protagonista. Cada uno de ellos tiene un nombre –la galería; el auditorio; la biblioteca de los libros no leídos; la casa de té y la torre de juegos– y está concebido con un propósito diferente que enseguida te vamos a contar.

Todos los brazos se apoyan sobre unos bloques de hormigón que los levantan del suelo y que se han usado para adaptarse al terreno ligeramente inclinado del jardín de la Serpentine Gallery. Además, la disposición del pabellón también "remite a la de las casas tradicionales coreanas, que cuentan con un madang: un patio abierto situado en el centro".

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El auditorio está rematado con un tejado angular a dos aguas. Todo el lateral cuenta con aberturas de policarbonato translúcido de color rosa.

Iwan Baan

Cinco brazos que cuentan distintas cosas e invitan a interactuar

Paseando por los cinco brazos, de todos ellos, el mayor es el auditorio (foto), que tiene unos asientos empotrados en la estructura y donde se podrá disfrutar de un programa de charlas y actuaciones a lo largo del verano. Está rematado con un tejado angular a dos aguas y cuenta con aberturas de policarbonato translúcido de color rosa. A su lado está la biblioteca de los libros no leídos, del artista Heman Chong y Renée Staal, un pequeño espacio que va estrechándose y al que los visitantes pueden llevar un libro –¡ojo!, que no haya leído– para ampliar la colección.

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Vista general de los brazos del pabellón de la Serpentine Gallery diseñado por Mass Studies.

Iwan Baan

La galería, en la entrada principal al pabellón, acoge una instalación con sonidos de la naturaleza y actividades humanas grabados en los jardines de Kensington con música vocal e instrumentos tradicionales coreanos para representar la transición de las estaciones. Es, sin duda, una bonita manera de empezar el recorrido.

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La torre de juegos es el brazo más divertido e interactivo de los cinco del pabellón.

Iwan Baan

La torre de juegos es el brazo más divertido e interactivo. Es una estructura en forma de pirámide con una red de color naranja por la que hay varios niños trepando (¿qué mejor forma hay de descubrir la arquitectura?). Finalmente, está la casa del té (en realidad un espacio para adquirir un pequeño refrigerio) que es un guiño de Cho a la historia de la Serpentine. Diseñada por James Grey West, la Serpentine fue originalmente una casa de té antes de que, y tras una cuidadosa reforma, se reabriera como galería de arte en 1970.

Pabellón de la Serpentine diseñado en 2017 por el arquitecto Francis Ke´re´, Premio Pritzker en 2022.

Pabellón de la Serpentine diseñado en 2017 por el arquitecto Francis Ke´re´, Premio Pritzker en 2022.

Iwan Baan

23 pabellones espectaculares cuya historia arranca con el diseñado por Zaha Hadid

De los pabellones de la Serpentine se ha escrito largo y tendido. El primero, en 2000, fue un diseño de la ya fallecida Zaha Hadid; toda una declaración de intenciones de manera orgánica de entender la arquitectura. El pabellón anual de la Serpentine es ya un clásico del verano londinense y, sobre todo, una plataforma para que los mejores arquitectos internacionales proyecten su primer edificio en el Reino Unido. El de Cho es el vigesimotercero, y aunque no está a la altura de los mejores, como el de SANAA (2009); Ai Weiwei y Herzog & De Meuron (2012); Selgas Cano (2015) o Francis Keré (2017), sí es una buena propuesta para acercarse a una manera más sensorial de entender la arquitectura.