Josep Lluís Sert (1902-1983) está enterrado en Ibiza, en uno de los muros del cementerio de Jesús. Dos lápidas blancas indican el lugar donde descansan el arquitecto y su mujer, Moncha. El autor de la Fundación Miró pasaba los inviernos en la Universidad de Harvard –donde dirigía la Escuela de Arquitectura– y los veranos en su casa de Can Pep Simó (1964- 1969). Modernas, pero austeras, las seis viviendas del conjunto –declarado Bien de Interés Cultural en 2009– emergen de la pendiente con el color tierra del revoco y entre la vegetación de pinos y lentiscos que las rodea. En los estatutos de la urbanización se especificaba que no podía haber muros ni verjas entre esas viviendas.  Por eso los aterrazamientos y la vegetación garantizan una apariencia de conjunto.

 

Josep Lluís Sert

Más allá de su propia casa, Sert proyectó las de sus amigos –Gomis, Jutta o Zao-Wo-Ki– y la de su hermano pequeño. En 2008, el sobrino-nieto del arquitecto, Paco Sert, se encargó de rehabilitar la casa F. Sert que perteneció a su abuelo, y de complementarla con una piscina y una torre en el pinar. "No soy muy partidario de las piscinas, pero es muy complicado alquilar la casa en verano sin ella. Y alquilarla es una manera de compartirla y también de obtener ingresos para poder mantenerla".

Paco Sert trabajó con imágenes anónimas –de las torres de electricidad de la isla–, con baldosas de barro y con azulejos vidriados originales "que después de tanto tiempo se siguen fabricando igual". Todos los julios de su infancia, el arquitecto Paco Sert se instalaba en la casa con su familia. "Ibiza era libre, salvaje y anónima bajo un calor narcótico". De mayor comprobó que la vivienda "se protege del sol en verano y anima a entrar en invierno".

 

Los colores se intercambian expresando cercanía y distancia al mismo tiempo

El valor de lo esencial

Paco conserva pocos recuerdos de su tío abuelo. Lo veía camino de Ibiza cuando hacía escala en Barcelona. Todavía guarda una camiseta suya de la Universidad de Harvard que le regaló. Está convencido de que esta es una de sus mejores obras. Lo que más valora es lo más básico: el arraigo, la orientación, la luz y la ventilación. También las vistas sobre la bahía de Ibiza y Dalt Vila. A Paco le gustan las casas que son audaces sin parecerlo y siempre ha pensado que Sert era el más racional entre los racionalistas.

Los recorridos por esta casa son abiertos y diversos –se puede llegar al mismo sitio por caminos diferentes– y eso la hace parecer más grande y compleja. "La casa busca en lo vernáculo ser austera y atemporal, pero tira de modernidad a la hora de presentar los espacios y cómo vivirlos". La vegetación se ha ido enseñoreando de la obra del gran arquitecto que hoy ya forma parte del lugar.

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La casa del hermano de Josep Lluís Sert

La casa del hermano de Josep Lluís Sert

Es un ejemplo de modernidad mediterránea: estiliza la tradición de la cal y las hornacinas para convertirla en vanguardia.

Añadir lo justo

Añadir lo justo

La nueva torre y piscina se asoman a las vistas de Dalt Vila y Formentera.

Las seis viviendas del conjunto

Las seis viviendas del conjunto

Emergen de la pendiente con el color tierra del revoco y envueltas por la vegetación

Vena artística

Vena artística

En las paredes cuelgan obras de la colección del arquitecto (Miró, Chillida, Léger) junto con otras de Campano y Palazuelo añadidas posteriormente por su sobrina Antonia. 

En verano

En verano

La vida doméstica gira en torno a la terraza principal con vistas a Formentera y la ciudad de Ibiza.

El mobiliario

El mobiliario

Fue diseñado por el propio Sert y realizado por un carpintero local.

Privacidad

Privacidad

La vegetación de pinos, sabinas, lentiscos, romero y mirto garantiza la privacidad entre las viviendas y la unidad del conjunto.

Una nueva torre

Contrapunto

Una nueva torre con lamas orientables de iroco aloja un dormitorio y un baño y representa un contrapunto con respecto a la casa.