Caseta en expansión Con visión de futuro, el proyecto Mini House, ideado por el arquitecto sueco Jonas Wagell, lo compró la marca escandinava líder en casas de vacaciones ecológicas Sommarnöjen. Se trata, en origen, de una simple pero refinada caseta de 15 metros cuadrados, equipada para unas vacaciones o para alojar invitados. El proyecto recuerda en su filosofía al “móntalo tú mismo” del gigante sueco Ikea. Ofrece un sistema automontaje que hace posible armarla en tan sólo dos días. Las casas están disponibles en diferentes tamaños, desde el original de 15 metros cuadrados, hasta de 30 y 100 metros. Luz de luna De 60 metros cuadrados, Moonlight Cabin es un proyecto del arquitecto Jackson Clements Burrows en Victoria, Australia. Situado en una línea de costa, desafía las nociones convencionales de lo que es realmente necesario en nuestras vidas. Está diseñado para ser "ambientalmente sensible", reduciendo el uso de energía y los costes de funcionamiento, y maximizando a la vez, el espacio ocupado. Cocina, baño e instalaciones se insertan dentro de una isla central, conectada a la red, si bien reutiliza el agua de lluvia. La forma de construcción funciona como pantalla frente a los aguaceros. Ni frío ni calor Este refugio para "Miguel y Rosa" de 50 m2 es un proyecto del arquitecto Luis Velasco Roldán en Sangolqui, Ecuador, al que le movió su construcción “el abandono de técnicas constructivas tradicionales en Ecuador y la sustitución de estas por materiales industrializados de bajas prestaciones en Ecuador, sustituyendo modelos perfectamente adaptados a la realidad climática, constructiva, económica y social del emplazamiento. A cambio, tenemos modelos en muchos casos inhabitables de un altísima huella ecológica". La casa en cuestión incluye la instalación de sistemas de monitorización de bajo coste para mantener las temperaturas estables dentro de los parámetros de confort (20-21ºC) mientras las temperaturas exteriores fluctúan entre los 12 y los 20ºC. Por contra, las edificaciones del entorno sufren de sobrecalentamiento o requieren de sistemas de calefacción convencionales. Promesa cumplida Radicados en Barcelona, Anna y Eugeni Bach se encontraron un verano pasado en una situación por la que han pasado muchos padres arquitectos. Después de enterarse de su profesión, sus hijos les preguntaron por qué no habían hecho una casa para ellos. Ante su insistencia, les prometieron que les construirían una en la granja de sus abuelos maternos, en Finlandia. Como se puede ver, cumplieron. La cabaña tiene una estructura muy simple, consistente en dos módulos iguales pero orientados en direcciones opuestas. Uno de ellos es de doble altura (a escala infantil), lo que permite a un adulto entrar sin tener que agacharse. El otro cuenta con dos niveles, conectados por una escalera. Este simple punto de partida significa que desde el exterior la casa adquiere la presencia de un objeto casi abstracto, sin referencia a la escala interior, mientras que dentro se puede identificar con el prototipo de una casa infantil. Tablón a tablón Construido en 1792 en Bagnes, Suiza, este granero se utilizó para guardar vacas durante el invierno, así como para secar el heno y los cereales. Comprado 200 años después por una joven pareja, se restauró para convertirlo en un acogedor apartamento, que remodeló el estudio de arquitectura Alp’Architecture Sàrl . Un agrimensor midió el volumen existente y los tablones se numeraron para recolocarlos en el mismo lugar después de que el granero fuera demolido. El sótano se construyó en cemento y las paredes superiores se rehicieron en un taller para montarlas luego in situ. Lo justo para vivir En la remota región patagónica de Aysén, en Chile, los arquitectos Armando Montero y Samuel Bravo diseñaron este refugio anclado a una montaña que cae a la bahía de Melimoyu. Su concepción es muy sencilla, con apenas lo justo para sobrevivir en este húmedo y boscoso entorno. Si bien el refugio se ubica sólo 50 metros sobre el nivel del mar, para acceder a él fue necesario construir una pasarela de madera de más de 500 metros entre árboles. La elección del lugar fue debido a que era la única área con una ligera plataforma, de 5 por 6 metros. El proyecto se emplaza en un eje norte sur. La fachada sur se abre hacia la bahía de Melimoyu con amplias vistas al mar y a la desembocadura del río Marchant. Por tres de sus cuatro lados el proyecto tiene aleros y terrazas que protegen de las fuertes lluvias y por el poniente tiene una fachada hermética. En el centro del refugio hay una cocina de leña que actúa como principal fuente de calor. Se utiliza la que deja el mar en la costa; no se cortan árboles del lugar. El estudio de escultura El arquitecto Jeffery Poss trabajó junto al estudio Workus para diseñar el Polygon Studio, de dos pisos y situado junto a una casa en un bosque del estado de Nueva York. Esta cabaña de madera contemporánea es una combinación de casa de huéspedes y taller de escultura, que busca la inspiración en el lago vecino. El refugio nómada Según el estudio noruego de arquitectura Salt Siida Workshop las palabras nómada y refugio reflejan las necesidades propias de las personas de cultura nórdica. La intervención consiste en crear un prototipo de refugio muy sencillo para reunirse alrededor del fuego y dormir en plena naturaleza. Se crea una secuencia lúdica de espacios funcionales utilizando un módulo: una caja de madera con el espacio suficiente para dormir en ellas. Montadas alrededor del fuego y unidas por cinchas, crean por sí solas este refugio, destinado para ser temporal. Estanque de meditación No es una casa pero sí una habitación, un espacio para meditar mirando a un estanque en Hampshire (Reino Unido). Proyecto del estudio de arquitectura londinense TDO, consiste en un cuerpo en voladizo construido con láminas de madera y cobre. El suelo tiene un escalón para servir de asiento y relajarse mirando el agua. Pero no todo es contemplación. El espacio también es un cuarto de jugar, pensado para los hijos del matrimonio propietario de la casa contigua. Por eso está escondido entre árboles, para dar la sensación de guarida infantil. En el exterior, una pared es de pizarra para animar a los niños a dibujar sobre el edificio. Mi casa es la carretera La idea de esta pequeña casa de vacaciones transportable, proyecto de la arquitecta búlgara Hristina Hristova, nació de su deseo de alejarse de las multitudes, del hormigón de los resorts de cinco estrellas, para pasar el tiempo en algún lugar más tranquilo y cercano a la naturaleza. "Somos jóvenes y nuestro presupuesto es limitado, por lo que la idea de comprar un terreno resulta una quimera. Y, al hacerlo, solo conseguiríamos ser parte del ejército invasor sobre la playa. Así que optamos por hacer que nuestro espacio de retiro sea sobre ruedas. Las restricciones que desafían el tamaño de un vehículo que pueda circular libremente en las carreteras determinó el tamaño de nuestra propia casa: 9 metros cuadrados. No necesitamos más".