Cabaña de Spinn Arkitekter en madera Con materiales sostenibles, se ha construido esta pequeña cabaña-refugio llamada Varden y situada en Storfjellet, Noruega. Ligeramente redondeada, su piel en forma de panal de abeja se eligió para integrarse en el paisaje circundante y tener el menor impacto medioambiental. De 15 metros cuadrados, está compuesta por 77 paneles de madera laminada prefabricados, que el estudio noruego Spinn Arkitekter diseñó como un puzzle 3D para que se ensamblara fácilmente. Su interior, también en madera, genera una atmósfera acogedora y cálida a lo que contribuye una pequeña chimenea. Y el gran atractivo, su gran ventanal que mira al paisaje de Hammerfest y del que se puede disfrutar desde unos bancos de madera perfectamente integrados. Cabanas no Rio de Aires Mateus Las casas no Rio del estudio Aires Mateus están compuestas por dos volúmenes independientes que forman “una misma vivienda”. Construidas en Comporta, Portugal, sobre un embarcadero medieval de madera, las dos cabañas mantienen también esta identidad y se han construido en el mismo material reutilizado. Cada una representa un espacio de la vivienda: una, el espacio público que corresponde a la zona de estar con una cocina integrada en los mismos materiales; y el otro privado, donde se encuentra el dormitorio con una pequeña zona de aseo y ducha. La estructura esquemática de ambas con una inclinación de las cubiertas diferente aportan dinamismo dentro de la uniformidad. Nunca algo tan mínimo dio para tanto. Cabaña prefabricada diseñada por Jean Prouvé En una faceta menos conocida, el diseñador francés -más allá de sus sillas y mesas- se centró durante un tiempo en las necesidades de vivienda en la Francia de posguerra (tras la Segunda Guerra Mundial). De ahí surgió, en los años 40, la propuesta de unas casas prefabricadas asequibles y de fácil montaje. Una idea sencilla: un marco central daba base a varios módulos para una cabaña que podría construirse en dos días entre dos personas. Eso sí, llevaba el sello Prouvé en sus materiales, madera y acero. Sin embargo, el proyecto no triunfó porque el gobierno prefería viviendas permanentes. Aquellos que sueñan con una casa firmada por Jean Prouvé, y no les importa mancharse las manos, pueden encontrarla en Galeria Patrick Seguin. Cabaña Nolla A-frame Una cabaña con perfil en forma de A y con el añadido de dejar la mínima huella de carbono. Creada por el diseñador finlandés Robin Falck , con cierta fijación en este tipo de estructuras, se sitúa en la isla de Vallisaari, en Helsinki. Esta construcción minimalista forma parte del proyecto de la compañía finlandesa de energía renovable Neste, que busca el menor impacto en espacios naturales. Su tejado a dos aguas está compuesto por paneles de energía solar, que alimentan la vivienda, mientras sus paredes interiores son de madera contrachapada. El espacio triangular interior lo ocupa un ventanal enorme con vistas al mar. Sus 9 metros cuadrados dan para alojar a dos personas con un despliegue básico de comodidades: cuenta con una pequeña placa para cocinar, pero la isla no dispone de infraestructura de fontanería, por lo que fuera de la cabaña hay un baño seco y para lavarse, el mar. La cabaña Nolla está en Airbnb y se alquila por 30€ la noche. Todo el importe se dona después a la fundación The Ocean Cleanup. Cabaña diseñada por John Campbell Su estructura también en A la hace totalmente reconocible y un referente de las cabañas de la década de los 50. Concebida por el arquitecto John Carden Campbell, la Leisure House surgía como un modelo de segunda vivienda para los estadounidenses, que empezaban a respirar tras la Segunda Guerra Mundial y podían empezar a gastar algo de dinero. Por entonces, este pequeño refugio vacacional se antojaba una opción estilosa y económica. Con el exterior en madera contrachapada, con la vivienda abierta al exterior y los dormitorios en una segunda altura, representaba el optimismo incipiente y un nuevo estilo de vida. Hoy sigue siendo una cabaña llena de atractivo. Cabaña midcentury en Duck Harbor de Jack Hall Existe en los Estados Unidos un pequeño rincón como una meca de la arquitectura modernista con residencias y cabañas concebidas por grandes nombres, como Walter Gropius, fundador de la Bauhaus, o Marcel Breuer. Se encuentra en un paraje idílico, Cabo Cod, un destino de vacaciones popular, que ha inspirado a visitantes como Edward Hopper, quien pasó allí la mitad de los veranos de su vida, Henry David Thoreau o la familia Kennedy. Las casas se diseñaron como retiros rurales con el paisaje bien conservado y espectacular del cabo como fondo, como el Duck Harbour Cottage, concebida en los 60 por Jack Hall para el editor de revistas Robert Hatch y su esposa Ruth. La sencillez de la construcción destaca por su solución práctica, una serie de cubos conectados por la cubierta y por una estructura de madera que aporta protección en invierno y sombra en verano. Por suerte para los amantes de este tipo de refugios, la cabaña de Jack Hall se puede alquilar en The Modern House . Cabañas en Oslofjord de Snøhetta ¿Una cabaña de vacaciones para la familia o un pequeño grupo de amigos en Noruega? El estudio noruego Snøhetta ha creado uno moderno y con una forma inusual. Su perfil pentagonal no es casualidad: ayuda a minimizar el impacto del viento sobre la estructura y su techo alargado en ángulo lo protege de las duras condiciones del clima noruego. Fuglemyrhytta, como han bautizado a esta cabaña, se compone de dos volúmenes: en la frontal se encuentra la cocina y el salón, y en la posterior, dos dormitorios. Puede dar cabida a 16 personas durante el día aunque solo hay espacio para ocho para dormir. Separado de la estructura principal, hay un pequeño refugio también pentagonal y detrás, en otra pequeña dependencia, un baño y una leñera. Construida con materiales locales para reducir su huella de carbono y dar un ambiente acogedor, está situada en una pequeña colina al norte de Oslo, cercana a Vettakollen, con impresionantes vistas sobre los fiordos. Refugio Zallinger en los Alpes suizos de Noa Arquitectos En un antiguo resort de los Alpes al norte de Italia, el estudio NOA ha ampliado un refugio con siete acogedores chalets en madera. Ubicado en una de las principales pistas de esquí, en el siglo XIX se construyó aquí una choza, siete graneros -posteriormente reemplazados por un solo edificio- y una iglesia, por eso, para este proyecto, los arquitectos vieron la oportunidad de devolver el espacio a sus raíces. Remodelaron el edificio del hotel y añadieron siete chalets y una zona de wellness sin alterar el entorno natural. Las fachadas sobresale por sus bloques de madera maciza que se inspiran en los de un granero rural y usan técnicas tradicionales. La sostenibilidad ha sido una de las premisas para este proyecto que se ha construido con paneles de madera en las paredes y techo, que cuentan con paneles posteriores que amortiguan el sonido, además de no haber iluminado los caminos entre los chalets para evitar la contaminación lumínica. Todo para preservar el marco natural lo más cuidado posible. Cabaña-estudio de Cutler Anderson En este caso, la cabaña es un espacio particular convertido en estudio que puede convertirse en inspiración para una casa rural. En el espacio que ocupaba un viejo cobertizo, el arquitecto James Cutler de Cutler Anderson Architects ha creado el estudio de su casa en una isla cercana a Seattle que sirve además como de espacio para recibir a los amigos de su hija pequeña cuando se quedan a dormir. La base de la cabaña es de hormigón premezclado y la estructura, de abeto Douglas de la zona. Con un gran ventanal de cristal, se abre al paisaje y, el techo inclinado en alero lo protege del clima. Para acceder a ella, un camino de nueve metros que sale desde la vivienda principal. En la cabaña, un solo espacio con paredes y suelo de madera con una cama plegable y un escritorio que fueron encargados a un carpintero local, un espacio polivalente que se ha convertido en una acogedora sala de prensa para la familia. Casa portátil ÁPH80 de Ábaton Una casa móvil como la de un caracol, con una estructura sencilla, techumbre a dos aguas y materiales en su mayoría reciclables. Su estructura de madera maciza, el exterior revestido en cemento gris que le da un aire actual y su interior acogedor en paneles de madera de abeto español tintados en blanco, la hacen muy contemporánea. Esta casa transportable del estudio madrileño de arquitectura Ábaton está pensada para acercarnos a la vida sencilla, en sintonía con la naturaleza. Pensada para dos y para que funcione a la perfección, tiene unas proporciones que transmiten equilibrio en su interior a pesar de sus dimensiones. La vivienda es autosuficiente, transportable por carretera y económicamente competitiva. “La ÁPH80 nace de la observación objetiva de una realidad nueva que no es ajena y que respira naturalidad, equilibrio y paz. Da rienda suelta a la diversión con los demás agrandando el mundo que nos rodea y mejorando las expectativas inmediatas”, dicen desde el estudio.