En el imaginario popular, las casas de paja se han asociado a un tipo de arquitectura endeble y precaria (recordemos el cuento de los tres cerditos). Sin embargo, bajo su apariencia frágil, la paja esconde excelentes ventajas constructivas: es resistente al fuego, ofrece un buen aislamiento térmico y sale mucho más barata que otros materiales. Por no hablar de su carácter sostenible.
Bien construida, una casa de paja puede durar mucho tiempo. De hecho, se trata de uno de los materiales de construcción más antiguos: junto con el barro, es un componente del adobe, utilizado desde hace miles de años. Sin embargo, las casas de fardos de paja son relativamente recientes, ya que la maquinaria para embalarla no apareció hasta la segunda mitad del siglo XIX.
Las casas de paja ofrecen todas las garantías de habitabilidad de una construcción convencional. Permiten una óptima regulación térmica, aportando calidez en invierno y frescor en verano, y presentan una notable resistencia al fuego; desde que se declara un incendio hasta que las llamas penetran en la paja transcurre una media de 90 minutos. Al ser un material muy moldeable también permite casi cualquier forma sin que sea necesaria una precisión absoluta. Sus ventajas ecológicas son asimismo evidentes: al igual que la madera, la paja es un recurso vegetal que absorbe CO2 en su crecimiento. Y al tratarse de un subproducto agrícola, no obliga a erosionar el terreno.
Hasta ahora las construcciones de paja eran fruto de la iniciativa individual o de colectivos sensibilizados. Pero desde 2009 hay en marcha un proyecto de nueve países europeos –entre ellos España–, apoyado por el programa Leonardo da Vinci de la Unión Europea, que busca estimular el uso de este material sentando las bases de un currículo europeo de formación profesional y definiendo prácticas de construcción con balas de paja. En nuestro país la gran fuente de conocimiento sobre este tema procede de la Red de Construcción en Paja, coordinada con la European Strawbale Network.
El uso de la paja no tiene por qué limitarse a viviendas unifamiliares. Recientemente se presentó la segunda edición del libro Reglas profesionales de construcción con paja, en el que se defiende la idoneidad de este material para erigir vivienda colectiva y edificios públicos.