Un sueño hecho realidad, Jaume Plensa vuelve con una ópera y una exposición

Plensa en el Liceu, su debut como director escénico

Las palabras que el joven Macbeth pronuncia tras asesinar al Rey de Escocia, "Sleep no more" ("No dormirás más"), han permanecido guardadas en la memoria de Jaume Plensa desde que el drama de Shakespeare dejó un imborrable recuerdo entre sus lecturas de juventud. La idea de ser incapaz de dormir tranquilo el resto de la vida resuena en la obra de un artista que lleva cuarenta años de ensoñación creadora. Una ensoñación que busca despertar nuestra imaginación como espectadores y suscitar las emociones que todos escondemos en nuestro interior. Han pasado tres años desde que, en pleno confinamiento, Plensa empezó a dar forma a los dibujos preparatorios para esta escenificación de Macbeth.

El resultado, largamente esperado, supone su debut como director escénico en el Liceu y su retorno a Barcelona con una producción en la que firma escenografía y vestuario. Lejos de llenar el escenario con una propuesta escultórica que pudiera robar el protagonismo al texto de Shakespeare y la música de Verdi, el diseño de Plensa busca crear una sensación de ligereza y transparencia. En colaboración con el escenógrafo Marc Salicrú y el diseñador lumínico Urs Schönebaum, Plensa ha concebido unas esculturas de grandes dimensiones que representan sus característicos rostros de mujeres, flotando ante un telón monocromático que se activa según un mecanismo lumínico inmersivo y combinados con proyecciones que añaden capas de contenido al espectáculo visual. 

La escenografía de Macbeth, en el límite de lo visible

Con el maestro Joan Pons al frente de la Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu y Pablo Assante dirigiendo el coro, la partitura de Giuseppe Verdi, estrenada en Florencia en 1847, adquiere una puesta al día a través del imaginario de Jaume Plensa. Buscando la belleza y el potencial del arte para iluminar la vida, el universo iconográfico del artista se manifiesta potenciando el vacío y jugando con las percepciones del espectador.

Una puesta en escena de una extraordinaria liviandad en la que los vestidos aparecen convertidos en esculturas y el protagonismo recae en cantantes y músicos. La ópera se estrena coincidiendo con una instalación del artista en el Saló dels Miralls del mismo teatro, con tres figuras humanas de casi dos metros de altura que podrán ser contempladas en el descanso entre actos. Elevando a su máxima expresión el concepto de la ópera como una obra de arte total, la escenificación del Macbeth de Plensa mezcla texto, música, danza y escultura. Con un presupuesto de unos dos millones de euros, tras su representación en vivo, la obra podrá verse a partir del 25 de febrero en la plataforma Liceu+LIVE y su proceso de creación en un documental que el nuevo portal cultural CaixaForum+ estrenará en primavera.
 

Las puertas del Liceu, la fuerza secreta de las palabras

El debut de Plensa como director de escena supone su regreso a Barcelona por la puerta grande. Justo cuando se cumplen cinco meses de la presentación de su pieza Constel.lacions, una escultura de acero inoxidable que conforma las tres puertas que dan entrada al Gran Teatre del Liceu, el nombre de Plensa regresa en boca de todos con el poder poético de su obra. Inauguradas en el marco de la celebración del 175º aniversario del teatro de La Rambla, las puertas de Plensa se han convertido en un nuevo elemento patrimonial del edificio del Liceu y establecen un diálogo con la vida multicultural de la popular arteria barcelonesa.

Reflejando el crisol de culturas que conviven en el centro de la ciudad, las tres puertas de acero, ornadas con letras de diferentes alfabetos, invocan la belleza de la multitud de voces y lenguajes, de ideas y pensamientos, que quedan flotando en el aire en el trasiego diario de las personas que transitan por La Rambla. Un homenaje a la inagotable riqueza que nos proporciona la diversidad lingüística y cultural de una gran ciudad como Barcelona.

Exposición en La Pedrera, el regreso de Plensa a Barcelona

"Roda el món i torna al Born" dice una popular expresión catalana, algo así como dar la vuelta al mundo y volver a casa. Con una trayectoria que lo ha llevado a crear un corpus de trabajo celebrado internacionalmente, la notícia de una nueva exposición de Plensa en Barcelona puede leerse precisamente como esa esperada vuelta a casa. En sus propias palabras "vuelves con toda la experiencia de lo que has recorrido". La próxima inauguración de la muestra Jaume Plensa. Poesía del silencio en La Pedrera propone una retrospectiva de su obra a través de una tema muy concreto: la influencia de las palabras en su práctica artística. Comisariada por Javier Molins, doctor en Bellas Artes, y presentada originalmente en la Fundación Bancaja de Valencia, la exposición nos descubre la fascinación de Plensa por el poder de las letras. Entendidas por separado como si se tratara de personas, cada una con su mensaje y su memoria, y relacionándose entre ellas formando una familia, una comunidad o un país, las letras han sido la materia prima de un artista que lleva toda una vida construyendo un lenguaje plastico que le ayude a entender el mundo que nos rodea.
 

La obra de Plensa, un lugar donde encontrarnos

Cinco años después de la muestra antológica que protagonizó en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona, la nueva exposición de Plensa en La Pedrera denuncia el ruido y la sobredosis de información que informa nuestras vidas y reivindica la necesidad de fabricar silencio para poder llegar a escuchar nuestro interior. Un silencio que nos permita la reflexión y la introspección. Sus obras nos reclaman que volvamos al susurro y funcionan como un espacio poético en el que refugiarse. Trabajando con todos los materiales susceptibles de convertirse en escultura, desde los más clásicos como el hierro forjado o fundido, el bronce, la piedra, el mármol o la madera, hasta los más modernos como el aluminio, el cristal, la fibra de vidrio o el plástico, el artista concibe cada escultura como un lugar donde encontrarse, un lugar al que siempre puedes volver. La obra de Jaume Plensa nos invita a buscar un momento de respiro, un espacio para el pensamiento y, parafraseando a William Blake, uno de sus poetas favoritos, dejar que ese pensamiento llene la inmensidad.