En el barrio de Hampstead, al norte de Londres, la gente guarda media hora de cola en una crepería de precios desorbitados que las redes sociales han puesto de moda. Es 27 de mayo, día de fiesta oficial en el Reino Unido (bank holiday), y en la mayoría de los pubs y restaurantes cuesta encontrar un sitio para sentarse. Lo que hace tiempo era un pueblo anodino al que, cuando Londres empezó a crecer a finales del siglo XVII y principios del XVIII, fueron huyendo las clases pudientes para alejarse de una ciudad sucia que todavía se recuperaba de desastres como el gran incendio de 1666, hoy es un lugar de casas caras, tiendas de marca y gelaterias italianas en las que los helados se piden en pantallas táctiles.
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Un secreto escondido en un empinado barrio de casas caras
A solo 200 metros del bullicio de la calle principal se esconde un secreto: Fenton House, una casa de ladrillo rojo que data, precisamente, de finales del XVII. Tras subir una empinada cuesta desde el metro de Hampstead, se descubre la puerta de barrotes de hierro que en su día fue acceso principal de la casa, aunque, en realidad, la visita comienza por la entrada que hay en Hampstead Grove.
Antes de dejarle a uno descubrir Fenton House sus anchas, un voluntario (historiador del arte) explica con brevedad que, probablemente, la casa se construyó en la década de 1680; justo antes del bum de Hamspstead a principios del XVIII, al que antes nos referíamos. De estilo Guillermo y María (en referencia al reinado de Guillermo III y María II de Inglaterra), de la Fenton House destacan sus muebles georgianos de patas delgadas y, sobre todo, una bonita colección de piezas decorativas de porcelana de la que el Museo Victoria y Alberto de Londres expone la mejor parte.
Una brevísima historia de Fenton House
Tras pasar por diferentes dueños, Philip Fenton, un comerciante inglés que vivía en Riga, compra la casa en 1793 y realiza importantes cambios. Entre otros, añade un pórtico en la fachada sur (ver foto más arriba). Su hijo la hereda después y sigue actualizándola. Así, cambia la entrada principal de sitio porque a principios del XIX la moda era acceder desde la calle para dejarse ver por los vecinos, según cuenta el voluntario.
La última propietaria de la casa es la rica viuda de un conde: Lady Binning, que adquirió Fenton House en 1936. Ella fue quien la llenó con la colección de porcelana que se puede ver. Lady Binning fallece en 1952 y deja la casa al National Trust, que se encarga actualmente de su conservación y de enseñarla al público.
Vistas sobre el skyline de Londres
Dividida en tres plantas (de las que solo dos son visitables), en la baja hay una enorme sala de estar y una pequeña recepción. Arriba están los dormitorios —en el principal destaca el tapiz bordado a mano del cabecero— y un cuarto de dibujo. Repartidos por la casa hay diferentes pianos de época y, durante la visita, un voluntario toca diferentes partituras en un virginal o un clavicordio, mientras otro habla sobre las piezas de porcelana, los tapices, los muebles… También hay un par de obras menores de John Constable —autor de cuadros como El carro de heno—, cuya tumba está, además, muy cerca de la casa en un cementerio descuidado que parece salido de un cuento gótico. Casi desde cada habitación se atisba el skyline de Londres. En su día, sin apenas casas alrededor, este era un sitio privilegiado desde el que se dominaba la capital y desde el que se pudo ver, por ejemplo, cómo se construía la catedral de San Pablo.
Un jardín excepcional
El momento álgido viene al salir al jardín. Aunque antes de hacer la visita, he indagado sobre la casa y su jardín, cualquier expectativa se ve superada. Una amplísima pradera enmarca la fachada norte.
A continuación, van surgiendo diferentes espacios y rincones en varias alturas. El remate lo pone un gran huerto de manzanos con un pequeño invernadero y zonas para plantar fresas y otros vegetales. En total, la visita dura solo una hora en la que da tiempo a verlo todo tranquilamente. Para rematar, y si el día lo permite, no es mala idea acercarse hasta Parliament Hill, en el parque de Hamstead Heath, para disfrutar de las vistas de la ciudad o tomarse una pinta en 'The Holly Bush': un pub al comienzo de un estrecho cul de sac a solo 100 metros de Fenton House.