Una vez más, tenemos la oportunidad de conocer Barcelona desde otra perspectiva. Más allá de los circuitos convencionales, la Open House Barcelona nos propone una visión diferente de la ciudad, no a través de sus edificios más turísticos, sino de aquellos que han ido conformándola de una forma más sutil y que van desde un hospital hasta un colegio, pasando por una estación de metro; en concreto, la L-9 Zona Universitària.
La séptima edición de la Open House Barcelona, que se celebra este fin de semana, permite asistir a una visita guiada a la estación proyectada por Carme Pinós e inaugurada este año con motivo de la nueva línea de metro que une la urbe con el aeropuerto. Y no es más que una de las muchísimas propuestas con las que nos tienta la Open House Barcelona. Otras perlas del flamante programa son las oficinas de la Fundació Mies Van der Rohe, el Centro de Interpretación de la Barcelona World Race y el Recinto Modernista de Sant Pau.
En cuanto a nombres propios, este año el festival pone el foco en Guillermo Giráldez, Pedro López-Íñigo y Xavier Subías. De esta manera, reconoce la labor ejercida por estos tres arquitectos, que se asociaron en 1956 bajo el paraguas de sus iniciales (LIGS). Su obra –los polígonos de Montbau y Canyelles, la Facultat de Derecho, la Institució Cultural CIC– también podrá visitarse durante estas dos jornadas.
Este año, además, cobra una especial relevancia el aspecto social de la arquitectura. La directora Elisenda Bonet y su equipo han situado en primer plano proyectos tan encomiables –y con valor arquitectónico– como la Casa dels Xuclis, una iniciativa del Hospital Sant Joan de Déu que acoge a los familiares de niños con cáncer. O el Pis Zero, vivienda experimental para personas sin hogar, que de día se recicla en aula de formación de la Fundació Arrels.
En su empeño de descentralizar la arquitectura, la ciudad invitada en esta ocasión es Badalona. Después del éxito que cosecharon Santa Coloma de Gramenet, Vilassar de Dalt o Sant Joan Despí –que este año también participan– Badalona ejerce este fin de semana de protagonista. Para disfrutarla en todo su esplendor, el festival propone cuatro itinerarios que incluyen hits como la Fábrica Anís del Mono o el depósito de aguas fluviales L'Estrella, dos imprescindibles del extrarradio barcelonés.
Con 60.595 asistentes el año pasado, la Open House Barcelona se ha convertido en una cita de referencia en la ciudad condal. Esta cifra la ha consolidado como el noveno festival en público de Barcelona. La cita, que ya va por su séptima edición, reivindica el poder transformador de la arquitectura. Como dice Rafael Moneo, "doy gracias a la arquitectura porque me ha permitido ver el mundo con sus ojos".