El mundo de la moda y el de la decoración se mueven a ritmos muy diferentes. Mientras el primero se alimenta de las novedades constantes, el segundo requiere de un hábitat más estable. Por eso, al hablar de colores, los tiempos difieren mucho de un sector a otro. Los colores tierra y los verdes vegetales que los profesionales nos proponen para vestir nuestros hogares en 2021 y 2022 no son fruto de un flechazo estacional. Son solo la parte visible de una profunda transformación que tiene sus raíces en la necesidad de vivir en sintonía con el planeta. Lejos quedaron los colores sintéticos que tanto nos sedujeron a finales del siglo XX y a principios del XXI. La urgencia climática ha hecho que nos sintamos más a gusto abrazados por este tipo de tonos, los mismos que nos embelesan cuando disfrutamos de un paseo al aire libre.
La holandesa Lidewij Edelkoort lleva más de 40 años investigando los vínculos entre arte, moda, diseño y cultura para poder predecir cómo nos comportaremos en las próximas décadas. Según esta experta en tendencias, el progresivo cambio de color al que estamos asistiendo es el resultado de una transformación trascendental en nuestro estilo de vida. "Después de la pandemia, nuestras vidas se volverán más campestres, inspirando prendas, interiores, textiles y colores muy nuevos", pronostica. "Este importante cambio de estilo de vida tendrá influencia en la silueta, el estilo y el hogar". Lo dice alguien que en 2015 escribió el Antifashion Manifiesto, un texto que obligó a los profesionales de la moda a reflexionar sobre los ritmos de producción del sector.