La cocina es una de las estancias de la casa que más acusa el paso del tiempo. Es un centro neurálgico del hogar en el que el trajín diario lo exponen a las manchas y al deterioro. En la cocina se preparan alimentos, se come, se conversa, se hacen los deberes y tantas actividades que terminan dejando su huella en las paredes.
En este espacio se producen humos, salpicaduras y vapores, por eso hay que prestar atención a los revestimientos que se eligen. Los azulejos son un clásico cuando se busca resistencia, pero cuando lo que se persigue es versatilidad, hay otras opciones que desafían lo tradicional. De éstas, la más versátil es la pintura. Eso sí, hay que escoger una pintura que se pueda limpiar con facilidad y, en la medida de lo posible, apostar por una pintura de calidad. La diferencia se notará considerablemente en la resistencia que ofrece a las manchas y al deterioro diario. Lo ideal es decantarse por una pintura lavable. Además de permitir que se eliminen las manchas fácilmente y sin dejar cercos, resisten bien el paso del tiempo.
Por eso, si te has propuesto dar una nueva mano de pintura a tu cocina para renovar su apariencia, toma nota de estas ideas.
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