Durante años, los pasillos han sido tratados como un simple trámite arquitectónico: el espacio que conecta habitaciones y que, en el mejor de los casos, se disimula con un cuadro genérico o un espejo con marco dorado. Pero si has vivido en un piso construido entre los años 70 y 80, seguro que sabes de lo que hablamos. “El pasillo está asociado a las promociones que se hacían antes. La tendencia arquitectónica actual, sobre todo en viviendas unifamiliares, es evitar los pasillos. Ahora hay otra manera de distribuir”, explica el arquitecto Marcos Catalán.
Sin embargo, los pasillos siguen existiendo, sobre todo en viviendas que no han pasado por una reforma integral. Y en lugar de resignarse a su papel de “espacio de paso”, ¿por qué no darles una vuelta? En lugar de intentar ocultarlos o disimularlos con trucos facilones, podemos sacarles partido con soluciones de diseño inteligentes y funcionales. Desde crear pequeños programas de uso hasta jugar con la luz y los materiales, aquí tienes algunas ideas para que tu pasillo deje de ser un simple corredor sin alma.
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Proyecto de Estudio Reciente en Madrid.
Germán Saiz
Dale un uso (aunque sea pequeño)
Si no puedes evitar que el pasillo exista, haz que sirva para algo. “En reformas de pisos, muchas veces la tipología de la vivienda no nos deja evitar el pasillo porque al fin y al cabo nos hace de distribuidor. Entonces, lo que hacemos es aportarle programa”, cuenta Marcos Catalán. ¿Y qué significa esto? Que en lugar de un simple corredor anodino, puedes integrarle elementos que lo hagan útil: una biblioteca estrecha, una butaca para leer, incluso un pequeño lavamanos si está cerca de un baño.
Esta estrategia, además de práctica, puede cambiar por completo la percepción del espacio. Un pasillo que tiene una función deja de sentirse como un túnel sin alma y pasa a convertirse en una parte activa de la casa.
Juega con el color y los materiales
Uno de los recursos más interesantes para darle vida a un pasillo sin sobrecargarlo es utilizar el color de manera inteligente. “Nosotros, el color, lo utilizamos en los materiales. Por ejemplo, muchas veces ese pasillo tiene el techo de madera. Entonces, ese techo de madera, que es un falso techo, lo recortamos en algún punto y lo utilizamos como lámpara, como zona de iluminación”, comenta Catalán.
Este tipo de soluciones no solo añaden personalidad, sino que también ayudan a modificar la percepción del espacio. Un techo de madera interrumpido estratégicamente por zonas iluminadas puede generar una sensación de mayor dinamismo y profundidad sin necesidad de grandes reformas. También puedes utilizar zócalos o panelados en tonos cálidos para dar continuidad sin recargar visualmente el pasillo.
Iluminación estratégica: menos techo, más pared
Si hay un elemento capaz de transformar cualquier espacio sin necesidad de obras, ese es la luz. Y en el caso de los pasillos estrechos, es la mejor aliada para evitar el efecto túnel. “El mejor recurso, cuando no tienes muchas opciones de cambiar el espacio, es la iluminación. Puedes manipular la luz artificial, colocarla de otra manera. No situándola en el techo, sino en la pared y, además, baja. Eso genera un espacio más recogido”, recomienda Catalán. Esto no solo aporta un ambiente más acogedor, sino que también puede convertir el pasillo en un espacio con personalidad propia. Un sistema de luces indirectas en las paredes, por ejemplo, puede crear un efecto envolvente sin saturar visualmente. También puedes utilizar focos empotrados en el suelo o lámparas de pared con luz tenue para enfatizar ciertos puntos del recorrido.
Rompe la linealidad
El problema de muchos pasillos es su excesiva linealidad. Son largos, estrechos y parecen no tener fin. Pero aquí también hay soluciones. “Cogemos parte de la habitación para generar un acceso, pero desde el pasillo. Le damos un trocito del espacio de la habitación y, así, rompemos la linealidad. Vamos generando como puntos de acceso”, explica Catalán.
Si una reforma integral no es una opción, puedes aplicar este principio con otros elementos: colocando un banco empotrado, una hornacina con objetos decorativos o incluso jugando con materiales y texturas para generar contrastes que den sensación de profundidad.
¿Espejos? Sí, pero bien colocados
Es cierto que los espejos pueden ayudar a ampliar visualmente un pasillo estrecho, pero no vale cualquier espejo en cualquier sitio. “Colocar un espejo puede ser un recurso muy facilón. Desvirtúas demasiado la naturaleza del espacio en sí. Si tuviéramos que ponerlo, sería longitudinalmente, a lo mejor en algún punto que coincida con un lugar de acceso. Si el pasillo llega al recibidor, sí que puede aparecer ahí”, señala Catalán.
La clave está en utilizarlos con criterio, evitando reflejos incómodos o efectos ópticos que generen confusión. Un espejo bien colocado puede potenciar la luz y dar sensación de amplitud, pero sin abusar de él ni convertir el pasillo en un laberinto de reflejos innecesarios.
Tu pasillo puede ser mucho más
Dejar un pasillo en blanco, sin personalidad ni función, es desperdiciar un espacio que puede aportar mucho más a la casa. Con un poco de planificación y algunas decisiones inteligentes, puedes hacer que tu pasillo pase de ser un simple corredor olvidado a convertirse en una parte con carácter y utilidad dentro de tu hogar.