Charlotte Perriand fue mucho más que una arquitecta y diseñadora. Fue una visionaria del interior moderno; una mujer que se hizo respetar en una sociedad y en un medio, el de la creación de espacios y objetos, dominado a principios del siglo XX por los hombres.
La obra de Perriand se caracterizó por la suma de modernidad, tradición y funcionalidad, y un particular interés por el uso de formas orgánicas fruto de su amor por la Naturaleza. Durante sus diez años de colaboración con Le Corbusier, ella fue la encargada de vestir los espacios que creó el genial arquitecto con un lenguaje coherente impulsado por su espíritu innovador.
Hija de sastre y de modista de alta costura, Perriand forjó su carácter inconformista y heterodoxo frustrada por las enseñanzas academicistas que recibió en la École de l’Union Centrale des Arts Décoratifs y en la escuela Grande Chaumière donde se formó. Encontró la inspiración fuera de los muros de la escuela, de fuentes tan insólitas como la maquinaria de los coches de motor o las bicicletas que veía por las calles de París.
Su inquietud también se reflejó en su compromiso político y social en aras de una arquitectura y un interiorismo que tuvieran en cuenta las necesidades de las clases populares. Esta militancia la llevó a trabajar para el gobierno del Frente Popular francés surgido de las elecciones de 1936.
La colaboración con Cassina, única firma autorizada a editar sus diseños, se remonta a 1964, cuando comenzó a producir las primeras cuatro piezas de LC Collection. Charlotte Perriand continuó trabajando estrechamente como diseñadora para la empresa italiana hasta su muerte en 1999. En 2004 la firma lanzó Charlotte Perriand Collection en colaboración con su hija, quien aportó una extensa y completa visión de su polifacético trabajo. Esta colección, en continua evolución y revisión bajo la batuta de Patricia Urquiola como directora creativa de la firma, capta la esencia de la creatividad en cada diseño, mejorándolo e introduciéndolo en el mundo actual combinando pasado y presente.