Jakob Vyncke y Thomas Meesschaert son los fundadores de TJIP, un estudio de interiorismo belga que, de Gante a Ostende, diseña algunos de los proyectos más interesantes de la parte flamenca del país. En Casa Gits, unaestructura de dos plantas y 140 m2, el dúo transformó la habitación central de la primera planta integrando en ella el salón, el comedor y la cocina.
"En realidad es la casa de invitados contigua a la vivienda de una familia de la zona, que proyectó un arquitecto hace apenas cinco años. Los dueños buscaban un lugar en el que recibir y alojar temporalmente a sus familiares y amigos, celebrar fiestas y organizar eventos", nos explica Thomas. En el estudio decidieron conservar las vigas de madera inspiradas en las construcciones tradicionales para sumar metros a lo alto y acompañar las formas de la fachada exterior. Las paredes en bruto estucadas de verde o crema, matizadas con latón envejecido en el piso superior, son una de las claves de la reforma.
En el interior, intercalaron sus propias creaciones (la mesa del comedor es un buen ejemplo) con muebles de autor icónicos de Warren Platner, Hans J. Wegner o Poul Kjærholm. "Las piezas fueron escogidas por los propietarios a propuesta nuestra para que sintiesen el espacio como propio", explican los interioristas. La chimenea, aseguran, es el centro visual y espiritual de la casa, "la esencia del proyecto". Customizada también por ellos, se prolonga e integra en la pared sin romper la continuidad de la estancia con el altísimo techo. "Nos costó encontrar la piedra porque queríamos que fuese de un solo bloque en bruto directamente extraído de la naturaleza. En realidad, todos los materiales son orgánicos y dan la impresión de que dialogan entre ellos", añaden.
El salón-comedor está pensado para que pueda ser utilizado de forma versátil. "Los muebles se pueden mover con relativa facilidad para despejar la habitación para una fiesta o como rincón de descanso cálido y cercano", describe Thomas. Las alfombras de lana de oveja de la artista belga Carine Boxy le dan el toque rústico, y la cocina gris oscuro "masculiniza" el proyecto. El dormitorio principal, en cambio, pone el contrapunto con "colores suaves y pastel, más equilibrados y terrenales", rematan Jakob y Thomas. La armonía y la mezcla van, pues, de la mano.