Nos encantan los proyectos que aportan algo más. Esos que nos hacen mirar dos (o incluso tres) veces. Villa Sidonius en Černošice, República Checa, es un ejemplo perfecto. No es solo una casa, es la representación de cómo la arquitectura puede desafiar lo establecido. Inspirada en la audacia de los puentes colgantes, esta residencia redefine lo que significa habitar una ladera empinada.
Si pensamos en los desafíos típicos que presenta el construir en terrenos inclinados, podríamos suponer que esta casa encierra un conjunto de soluciones complicadas y, sobre todo, ingeniosas. Y sí, efectivamente, estaríamos en lo cierto. Como describe el estudio responsable del proyecto, Stempel & Tesar Architekti, el objetivo nunca fue recurrir a "métodos tradicionales", sino "encontrar soluciones que empujaran los límites y probaran los últimos productos y equipos tecnológicos en el mercado."
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