De un piso anticuado con pasillo estrecho y sin luz a un PISAZO de 80m2 con vistas al mar y mucho almacenaje

Antes de esta impecable reforma, este era el típico piso compartimentado de los años 70; de espacios pequeños, organizados en torno a un pasillo estrecho y sin acceso a luz natural. Los dueños, una joven pareja de profesores de primaria, tenían claro que había que renovarlo por completo para que la luz conquistara el interior y para hacerlo más abierto, fluido.

La zona de día se vuelca a las vistas al mar. El banco corrido lateral está revestido de baldosas cerámicas de Vives en un acabado ocre mate 

"La vivienda ha sido diseñada en sintonía con la vida de Marc y Elena –los dueños–, que imaginaba su hogar como un espacio tranquilo, funcional y libre de elementos innecesarios. Querían aprovechar al máximo la luz natural, disfrutar de las vistas al mar desde la cocina y el salón, y contar con un almacenamiento optimizado que evitara sensación de desorden", apuntan desde Goodbye2000: estudio de arquitectura e interiorismo fundado por Sergio Espinosa y Javier Pérez encargado del proyecto.

El baño está en una de las dos cajas que, tras la reforma, organizan el espacio

Dos nuevos volúmenes que reorganizan el espacio 

Espinosa y Pérez explican que su estrategia de diseño se ha centrado en "la inserción de dos volúmenes que organizan el espacio sin fraccionarlo". Esas dos cajas contienen el baño y un dormitorio de invitados y "definen de manera sutil la circulación sin comprometer la continuidad visual". Entre ambos volúmenes hay un espacio polivalente que puede funcionar como despacho o vestidor y que, en un futuro, podrá convertirse en otra habitación más si fuera necesario. Para los autores del proyecto, su planteamiento tiene como ventaja que “permite aprovechar la luz y la ventilación de la mejor manera posible, maximizando la sensación de amplitud y ligereza en una vivienda de proporciones estrechas y alargadas”.

El pavimento porcelánico utilizado en el resto de la vivienda reviste las partes húmedas del baño, como la zona del inodoro y pared de los lavabos, donde se ha empleado una pieza de pequeño formato (5 x 15 cm) de la marca Equipe

Como decíamos, la vivienda se organizaba originalmente alrededor de un angosto pasillo de más de 15 metros cuadrados. Al deshacerse de él, no solo el dormitorio principal y el espacio polivalente entre las dos cajas que mencionábamos antes tienen acceso directo a luz natural y ventilación, sino que también "es posible vislumbrar el mar desde la cama, puesto que un eje norte-sur en todo el ala este se abre completamente al mar, libre de obstáculos".

Colores neutros y acabados naturales buscan reforzar la sensación de calma en el interior

Una selección de materiales y colores pensada para reforzar la sensación de frescura

En esta idea de conseguir un interior fresco y abierto, los materiales y el color se han elegido con cuidado y potencian la sensación de bienestar que transmite la vivienda. "Colores neutros y texturas naturales aportan calidez sin saturar el espacio, generando una atmósfera serena y ordenada que responde a la personalidad de los propietarios", apuntan los profesionales.

La pared del pasillo del apartamento también se ha revestido en mortero de cal. Además, se ha buscado que desde el dormitorio haya conexión visual con la terraza

Por ejemplo, la pared que recorre toda la longitud del apartamento, así como parte de la pared del cabecero de la cama, están recubiertas con un mortero de cal natural aplicado a mano. "Este material nos permitió actualizar el acabado de gotelé original y generar esa conexión con la naturalidad de los materiales que hemos buscado a lo largo del proceso". Además, elementos estructurales como los pilares de hormigón armado y la viga descolgada que los sostiene “encuentran también una armonía gracias a la combinación de las partes acabadas con el enlucido del mortero a la cal natural, confiriendo cierta textura al espacio y la viga longitudinal enlucida y pintada de blanco roto, así como el resto de los las paredes”.

La parte baja de la pared de cabecero es de mortero de cal. El dormitorio es un espacio de descanso en el que los dueños no querían una televisión

Además, la combinación de tarima flotante en el dormitorio, "un lugar para descansar en el que no hay sitio para la televisión", con un revestimiento de azulejo porcelánico de gran formato (1 x 1 metro) en la zona de día y la terraza, "que evoca un cemento blanco fratasado y pulido", diferencia de manera sutil la zona de día y la de noche.

La chapa de roble natural es el material protagonista. Se ha usado, por ejemplo, en los muebles de la cocina y en todo el paneleado que recubre las paredes exteriores del baño

Con un presupuesto muy razonable de 1.150 € por metro cuadrado, los profesionales destacan que trabajar con libertad en este caso ha sido crucial para dar forma a una vivienda que combina la falta de pretensión en sus acabados con la nobleza de los materiales escogidos hasta dar forma a un interior funcional y sereno que es ejemplo su manera de trabajar.