Block722 es el estudio detrás del diseño, la construcción y el interiorismo de esta casa de marcado carácter contemporáneo que fusiona el rotundo paisaje cretense con la rica herencia de la artesanía local. Situada en las estribaciones septentrionales del monte Thrypti, en la parte oriental de la isla de Creta, su peculiar arquitectura se basa en el deseo de crear una villa moderna, discreta y respetuosa con el entorno, según pidieron sus propietarios.
"Tenía que estar diseñada para ofrecer el máximo confort independientemente de la estación del año, tener cocina tanto interior como exterior para cenas privadas o con vecinos y amigos, piscina sostenible de agua de mar climatizada para nadar todo el año, cine en casa, gimnasio y sala de billar con bar", indican Sotiris Sergas, arquitecto, y Katja Margaritoglou, interiorista, al frente del estudio fundado en 2009 y con base en Atenas. Todo ello, con la idea de disfrutar de la naturaleza: en invierno, con el foco puesto en las vistas de la parte trasera orientada a la cordillera escarpada; durante el verano, en la parte anterior volcada a la piscina, y en primavera, mirando a un gran valle desde la parte central.
Los autores han bautizado al proyecto O Lofos, que en griego significa la colina. En todo lo alto, entre una imponente montaña y un valle con olivos que desemboca en el mar, la construcción huye de la forma monolítica y se despliega en varios volúmenes "para mantener la escala humana", según Tsergas. Con 280 m2 construidos y 800 m2 que incluyen piscinas y espacios exteriores, "el reto para nosotros fue determinar la posición definitiva en la parcela, para garantizar que todos los dormitorios y espacios con carácter común tuvieran la máxima visión de las distintas perspectivas del paisaje", dice Katja Margaritoglou.
Aunque los dueños no son griegos, conocen Creta mejor que los lugareños. "Durante todo el proceso estuvieron muy seguros de lo que querían, y nos sorprendió e inspiró su forma de vivir, sencilla e impactante", comentan. A O Lofos se llega por una carretera estrecha y cuesta abajo que da idea de la relación que establece la casa con la colina. Un camino de piedra, bordeado de lavandas y hierbas aromáticas, conduce a la entrada que se abre a dos volúmenes principales en alto, flotando sobre la lámina de agua, y seguidos de otros más pequeños adaptados a la pendiente y que descienden gradualmente.
Los dormitorios, en la zona sureste, gozan de privacidad y de las mejores panorámicas. El salón dispuesto en tres niveles, debido al accidentado paisaje, lo preside el relieve escultórico de Pantelis Chandris, interpretación abstracta del paisaje, encargado por Block722, siguiendo la sinergia entre arquitectura y arte propia de Grecia desde la Antigüedad. A la izquierda hay un ascensor y a la derecha, una escalera que accede a la sala de cine y al gimnasio, en la planta baja. La energía del paisaje y los colores de la tierra se reflejan en la elección de materiales inspirados en la arquitectura vernácula local: madera, piedra y fibras obtenidas del terreno, empleadas en su estado natural y tratadas con sumo cuidado por artesanos, ebanistas, canteros y tejedores locales.