Todo empezó con un pedido relativamente sencillo de la clienta. Quería desmontar la sala del televisor de la planta superior de su ático en Sao Paulo de 350 metros cuadrados y crear una oficina y una gran biblioteca donde poder trabajar. Recurrió al arquitecto brasileño Felipe Carolo para que ejecutar la reforma. "La clienta no vio la necesidad de tener una sala de estar separada de la sala de la televisión. Buscaba optimizar el uso del apartamento. Tras la reforma, la dinámica de la casa había cambiado, y no está tan enfocada a recibir, sino a aprovechar mejor sus espacios y poder contar con una oficina y biblioteca acorde a las necesidades de su trabajo", dice el artífice del proyecto.