Si uno regenta una galería especializada en diseño y artesanía es lógico que esa actividad se refleje donde habita. La vivienda lisboeta de Marie de Carvalho, fundadora de la galería OJO, es un buen ejemplo de ello: un lugar poblado por una selección de objetos de diseño propio y otros que pueden encontrarse en su galería, así como por piezas midcentury que añaden personalidad a un espacio que inspira tranquilidad a través de su su fondo blanco y la cálida presencia de la madera y los tejidos naturales.
La casa además tiene pedigrí, porque fue diseñada originariamente por el estudio Aires Mateus, aunque no llegó a concluirse y permaneció abandonada un tiempo. Marie dio con ella tras una búsqueda infructuosa para encontrar un lugar con vistas, a la ciudad o al mar. "Como la licencia de obras ya estaba concedida, no podíamos cambiar el proyecto, aunque hubiera cosas que habríamos querido hacer de otra manera. Pero aunque no tengo vistas, aparte de nuestro patio y el cielo, hoy me siento realmente a gusto aquí", comenta esta parisina de ascendencia portuguesa que un buen día decidió dar un giro a su trayectoria profesional en el mundo del marketing y la comunicación y dar rienda suelta a su pasión por el diseño mudándose a Lisboa y abriendo una galería para artistas locales y franceses.
La casa tiene una superficie total de 200 m2 más patio repartidos en tres niveles, con grandes espacios abiertos. Entrando desde la calle se accede al salón, y bajando las es- caleras interiores se llega a la gran cocina-comedor abierta con acceso directo al pequeño patio. Las habitaciones están todas en el piso superior, con baño privado. Todas las plantas están conectadas por la escalera de caracol, de gran belleza arquitectónica, que es en sí misma una obra de arte. Marie fue la principal responsable del diseño interior.
"Mi casa reúne tres cosas importantes para mí: sencillez, modernidad y comodidad. Hay suelos de parqué por todas partes, lo que añade una agradable calidez a las habitaciones, que por lo demás son blancas y modernas. Me gusta la sencillez; me da paz, y por eso elegí una gama de colores naturales que la acentúa", comenta. Ha viajado mucho, pero le gusta especialmente la región del Alentejo y se sintió muy inspirada por la zona y su artesanía, de la que ha adquirido varias piezas. Viendo el resultado es fácil caer en el juego de palabras y afirmar que Marie ha tenido buen ojo.