La firma de arquitectos Maurice Martel abandera una forma creativa de abordar el diseño y la construcción. Fundada en 2016, busca estimular la arquitectura y el diseño de interiores a través de sus proyectos. Uno de sus últimos trabajos se encuentra en la localidad canadiense de Gatineau. Se llama Butternut y se trata de una moderna vivienda de una sola planta construida con paredes prefabricadas con un diseño que es un juego de volúmenes que equilibra la apertura y la intimidad. En el interior, la calidez se ha conseguido con una acertada combinación de luz natural, color blanco y madera. Una casa prefabricada en blanco Uno de los grandes desafíos creativos del proyecto era enfrentarse a la limitación generada por las dimensiones de los paneles aislantes estructurales y para romper el efecto estándar propio de las construcciones prefabricadas , el arquitecto apostó por crear cuatro volúmenes que juegan con las alturas, y cuya disposición ofrece un rico recorrido que permite tener múltiples miradas y distintas atmósferas. Con pario interior El espacio, propio de una casa suburbana, no ofrecía mucha privacidad y para preservar la proximidad con los vecinos, el arquitecto apostó por una instalación en forma de cerramiento del que emerge un patio interior protegido de forma natural. Con acceso a la cocina El patio interior , agradable y compacto, como la propia residencia, está en conexión directa con la cocina. La naturaleza también tiene cabida Una casa prefabricada con una acertada combinación de luz natural, color blanco y madera. En conexión con el exterior En lugar del jardín familiar suburbano tradicional, el arquitecto ha concebido varios espacios al aire libre con diferentes experiencias. Intimidad garantizada La colocación estratégica de unos muros perimetrales alrededor de la residencia da una nota armoniosa de intimidad y permite la entrada de abundante luz a través de grandes ventanales, donde se evitan las vistas vis-à-vis con el vecindario. Donde manda la serenindad En el interior, los colores neutros y las materias primas marcan la pauta de una arquitectura cálida y sencilla. Equilibrio El diseño volumétrico logra un equilibrio entre apertura e intimidad. La protagonista es la madera Los detalles están trabajados con delicadeza, como lo demuestran las juntas entre las paredes y el techo , así como entre los paneles de madera contrachapada dibujando finas ranuras. Este lenguaje rayado crea un marco discreto y elegante. Salón-comedor Los grandes ventanales permiten emplear la madera como elemento principal para revestir las paredes sin sacrificar la amplitud. Cocina en tonos blancos Con isla y un diseño sencillo y funcional . En la pared se ubica una zona de desayunos y los armarios, mientras que en la isla vemos la zona de aguas y de cocción. El centro de la casa La cocina, diseñada en colaboración con À Hauteur d’Homme , se sitúa en el corazón de la casa, y está concebida como un enclave necesario desde el que se accede a las demás estancias. Un baño lleno de luz La casa Butternut se revela como el ritmo de un viaje que no ofrece todas sus sorpresas en una sola mirada. Dentro de los cuatro volúmenes que componen el programa arquitectónico, las vistas son ricas y los espacios luminosos. Y dividido con una cortina El baño completamente blanco y donde entra la luz natural con fuerza. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en Arquitectura y Diseño suscríbete a nuestra newsletter .