Nos decía Víctor Zorita, del estudio Backsteen, que el proyecto de la reforma integral de esta vivienda en Madrid, venía marcado por la necesidad de adaptar una vivienda unifamiliar de los años 80 y compartimentada. “Se trata de una casa de cuatro plantas y una familia de cuatro miembros con dos niños. El matrimonio quería que la planta baja y la primera fuesen destinadas a la vida del día a día, mientras que la buhardilla y el sótano se utilizaran para momentos puntuales, especialmente los fines de semana”.
En la planta baja, planta primera y buhardilla se demolieron casi la totalidad de las tabiquerías dando paso a una nueva distribución, mientras que el sótano se mantuvo prácticamente igual pero con una reforma integral de los espacios para darles su nuevo uso.
"La vivienda, construida en la década de los años 80, estaba completamente compartimentada y con unas carpinterías muy pequeñas que impedía el paso de la luz. Para ello, además de la unificación de los espacios de cocina, comedor y cocina, se abrió un gran ventanal al jardín trasero de la vivienda que permitía pasar mayor cantidad de luz. Esto, sumado a la formación de una cristalera entre el distribuidor de escalera y el salón, otorgaba al proyecto la luminosidad buscada". En la planta primera se unificaron dos dormitorios para crear una suite con baño y vestidor, dejando dos habitaciones con un baño compartido para los niños.
La buhardilla, con un despacho de trabajo, quedó abierta a un salón de juegos y televisión mas informal, donde se puede teletrabajar y al mismo tiempo tener contacto visual con los más pequeños si están allí. En esta planta también se incluyó un gimnasio y un gran baño con bañera que permitía el descanso tras el ejercicio. Por último el sótano se diseñó como una zona de juegos y diversión con familia y amigos incluyendo una zona de bar, un futbolín y otra zona de televisión.