Una pareja que por trabajo vive a caballo entre Barcelona y Bélgica puso los ojos en este piso de 150 metros cuadrados, situado en un edificio de los años 40 del barrio residencial barcelonés de Sant Gervasi para instalar en él su hogar. Aunque la vivienda estaba completamente desactualizada, con una distribución compartimentada, al estilo de la época en la que se construyó, supo ver el potencial y se puso en contacto con el estudio de arquitectura y diseño de interiores Sergi Pons para que diera forma a su hogar soñado: un piso moderno y actual que respetara algunos elementos originales de la época. En la vivienda de planta cuadrada, el arquitecto proyectó dos habitaciones, un recibidor de grandes dimensiones, un estudio, dos baños, una cocina y una zona de estar "en los que se buscaron visuales cruzadas para dar la sensación máxima de espacio", tal como explica Pons.