Encaramada en la roca, rodeada de un abigarrado bosque de pinos y con vistas al lago, la casa de cuatro plantas proyectada por el estudio londinense Gort Scott está construida en línea con los contornos naturales del lugar y orientada hacia la luz, las terrazas y un impresionante panorama. Según ha contado el arquitecto Jay Gort (director del estudio), el conocimiento del lugar ha sido la primera tarea del equipo. Pasaron cinco días allí, empapándose del clima, de la topografía, incluso de la fauna y de la riqueza vegetal de la zona. Esas jornadas de inmersión en el paisaje guiaron la elaboración del diseño, la ubicación y la disposición de la casa: "Aunque hemos colocado un edificio importante, nuestro objetivo ha sido siempre mantener esta experiencia de caminar hacia la casa, y a través de ella".
La cocina abierta, la sala de estar y el comedor se han ubicado en dos niveles de la segunda planta, para sacar buen provecho de las vistas. Los espacios subterráneos, excavados en la roca, incluyen la sala de cine y la de vinos y un gimnasio. La suite principal ocupa el nivel superior, con soberbias vistas de 360 grados sobre la montaña. Las zonas de estar y los techos geométricos recuerdan los accidentes naturales del terreno y los paneles de madera de cicuta son tan abundantes como los pinos que rodean la casa; y sin duda aluden a ellos. Materiales duraderos (hormigón, madera y aluminio negro) crean espacios táctiles, suavizados por enormes alfombras y por la sensibilidad en la selección de cada mueble, cada objeto.