Con un mercado inmobiliario bajo presión desde hace años y el creciente atractivo de París tanto a nivel local como global, las viviendas de tamaño reducido se están convirtiendo en una realidad innegable en la capital francesa. Los desafíos que suponen estos apartamentos pequeños se han vuelto, si cabe, más relevantes en el contexto del confinamiento cuando las personas necesitan estudiar y trabajar desde casa. Llegados a este punto, intentando esquivar el concepto de infravivienda, los estudios de arquitectura e interiorismo trabajan en soluciones dignas ante dicha problemática. La misión del arquitecto es participar activamente en los cambios urbanísticos con proyectos de alta calidad y acordes con la actualidad. Es el caso de l'atelier, que durante los últimos tres años, ha trabajado en el diseño de más de 40 pequeños apartamentos en el área de París. A partir de esta experiencia, han sabido identificar algunos proyectos recurrentes. Por ejemplo: convertir una buhardilla (o "chambre de bonne") en un apartamento, añadir un dormitorio para un nuevo niño a un apartamento ya reducido, o como en el que aquí se presenta, diseñar un apartamento familiar de 10 metros cuadrados por persona.