Un baño como parte pública de la casa, un dormitorio que pueden ser dos, una suite con vestidor y hasta terraza. Lo de este apartamento es resiliencia pura. Es conseguir que evolucione con la vida de sus habitantes adaptándose a cada momento y necesidad. La idea partió de Estudio Brava, quien transformó una clásica vivienda compartimentada de los 70 de Cartagena en un hogar donde lo que se busca es vivir. A y al gusto, y con estilo. Lo cuentan ellos mismos. "Nos encontramos la clásica tipología de los años 70 en la que primaba la cantidad de estancias frente a la calidad de las mismas. La reforma, que partía de un presupuesto híper-ajustado, concentra la inversión en una banda central de 45 metros cuadrados que se materializa en el proyecto a través de un pavimento de madera colocado a ras con el terrazo existente, un sistema de puertas pivotantes que permite reconfigurar los dormitorios, y una caja rosa palo que resuelve el programa de almacenaje, cocina y aseo situado en la zona más oscura de la casa".
Esta banda, compacta las zonas húmedas y de almacenaje en la zona central liberando los espacios con luz natural para las zonas de día y descanso, reduciendo al mínimo los metros cuadrados dedicados a circulación. La actuación en el espacio restante se ha limitado al alisado de paredes, reparación del suelo de terrazo existente y adecuación y reutilización de los sistemas de instalaciones.
Una idea muy original
Llama la atención el concepto de lo que el estudio denomina "de lo púdico a lo público", a la hora de acometer lo que se hizo con el baño. Así, "el baño ha pasado de tener una condición privada a convertirse en una parte pública de la casa. La caja rosa palo acoge en la trasera el programa de aseo de la vivienda. Frente a la idea del baño como un espacio independiente, el programa del aseo se divide en tres piezas separadas. Un lavabo tocador que desdibuja el recibidor (como el lavabo vestíbulo de la Villa Savoye, pero esta vez no únicamente con funciones higiénicas), un baño cabina oculto tras un panelado de madera, y una gran bañera de obra que recibe luz natural a través de un gran óculo de vidrio listral que aparece en la cocina". El baño, es el sitio del aseo, pero también el del recreo o el relax. Una idea de lo más original.
El proyecto es una reflexión sobre las formas de vida contemporáneas. "La casa, diseñada para dos teletrabajadores, interroga la relación de los espacios de trabajo domésticos con el resto de estancias de la vivienda. Sus usuarios, puestos a permanecer horas en un despacho, lo hacen desde la zona más privilegiada de la misma. Un espacio diáfano de 60 metros cuadrados, que maximiza la ventilación y la luz natural y que es al mismo tiempo, cocina, salón, oficina, biblioteca o jardín. Un salón de uso `inestable´ que se reconfigura a través del mobiliario y las particiones ligeras por sus usuarios". Versátil y funcional, de eso no hay duda.