Una casa de montaña de invierno no es una-casa-de-montaña-de-invierno si no tiene estas tres características: Uno, nieve, mucha nieve. Dos, una chimenea. Tres, madera.
En esta galería, hemos seleccionado las más inspiradoras. Y lo decimos porque, siendo todas muy diferentes y con estilos varios, la mayoría se tiñen de un entorno albino impoluto que nos transporta directamente al interior de una novela sosegada en la que contruir nuestro propio remanso de paz.
Eligas la opción que eligas, cualquiera contruye un cobijo seguro que protege del frío a la vez que exalta su presencia por contraste.