Al referirnos a las casas prefabricadas, una de las ventajas que se suelen destacar es que, al estar construidas con módulos tridimensionales o elementos bidimensionales, se pueden transportar fácilmente por carretera a su emplazamiento definitivo. Esto ha supuesto un esfuerzo logístico para las empresas del sector con el objetivo de desarrollar formatos que agilicen el transporte con el mínimo gasto posible, a la vez que luego faciliten todas las tareas in situ: descarga, despliegue y colocación.
Por otro lado, a pesar de que su presencia en el mercado residencial convencional tiene cada vez mayor importancia, la arquitectura prefabricada siempre ha estado asociada a una idea de "nomadismo" por la propia naturaleza de su diseño, que en teoría permite el desensamblaje de sus componentes para su traslado y montaje en otra ubicación, o bien su transporte íntegro. La gran oferta de cabañas modulares compactas, pensadas para disfrutar de la naturaleza en cualquier parte, es un ejemplo de ello.
La innovación tecnológica y el espíritu de vida nómada confluyen en la última vuelta de tuerca que propone el sector: casas prefabricadas y plegables que se instalan en unas pocas horas. Por su propia naturaleza, estas construcciones no requieren cimentación, por lo que son asimilables a las caravanas y motorhome y no están sujetas a la estricta normativa urbanística que aplica a las viviendas convencionales. Por otro lado, como están pensadas para su inmediato uso, suelen equipar de fábrica todas las instalaciones necesarias: conducciones de agua y electricidad, sanitarios, etcétera.
Las mejores casas plegables
Es el caso de la propuesta de la firma letona Brette Haus, una cabaña que se transporta en forma de cubo compacto y que se despliega en solo tres horas gracias a un ingenioso mecanismo de bisagras.
Con la misma filosofía, la vivienda M.A.Di Home diseñada por el arquitecto italiano Renato Vidal se monta en solo seis horas mediante un sistema de paneles desplegables. La casa es energéticamente eficiente gracias a la incorporación de paneles solares, y además está diseñada para resistir terremotos. El sistema puede evolucionar con el ensamble de varios módulos, pasando de una casa básica de 27 metros cuadrados a un pequeño chalet de más de 80 metros cuadrados.
Partiendo de las dimensiones de un contenedor marítimo, el ingeniero mecánico sudafricano Richard Perkin proyectó en 2016 la casa NoHA, acrónimo de No Home Address (que podría traducirse libremente como "sin dirección fija"). El contenedor se expandía hasta crear una vivienda de dos plantas y 75 m2 realizada con estructura de madera. Pensada para una vida autónoma, la vivienda incorporada un jardín en la azotea, un generador de agua alimentado por energía solar y sistemas de compostaje de residuos vegetales y de reciclaje de aguas grises.
La noción de plegado no tiene por qué asociarse exclusivamente con el transporte; también puede aplicarse a la capacidad de la vivienda de ampliar y reducir su espacio una vez instalada para así adaptarse a a las necesidades de cada momento. Así ocurre con la cabaña prefabricada de madera Anna de Caspar Schols, que se transforma gracias a una plataforma elevada sobre la que se desplazan dos cuerpos conformados por varias capas para configurar el espacio.
Pero quizá el ejemplo más espectacular de casa prefabricada plegable sea el que ofrece la firma británica Ten Fold Engineering. Con solo pulsar un botón, en apenas diez minutos el módulo transportable en camión se despliega para conformar los espacios, las ventanas, las terrazas y el acceso. El chasis es de acero y las palancas y resto de soporte de los paneles son de acero igualmente. El peso del conjunto suma 20 toneladas. Los promotores de la idea consideran que la naturaleza de su método de construcción convierte a la casa móvil en resistente a las más duras inclemencias meteorológicas.