Se sabe que a golpe de click puede comprarse prácticamente de todo desde la comodidad de casa, pero lo que más nos ha sorprendido desde hace meses es cómo, incluso, un gigante del comercio electrónico de la talla de Amazon pone a nuestra disposición diversos tipos de casas prefabricadas. A simple vista esta democratización de la arquitectura industrializada puede parecer una idea estupenda y una aliada para impulsar este modelo vivienda de forma global. No obstante, como en casi todo en esta vida, el asunto en cuestión tiene muchas luces y aún más sombras.
Sí, son económicas (pueden adquirirse desde poco más de 8.000 dólares en adelante dependiendo de los acabados, los materiales y, sobre todo, el tamaño), pero la gran mayoría de las que pueden encontrarse en el gigante estadounidense del e-commerce siguen un patrón ya caduco en lo que a diseño se refiere. Hace veinte años, cuando empezó a hablarse de la revolución de las casas prefabricadas, se tendía a pensar en una vivienda low cost a dos aguas a imagen y semejanza de un pequeño chalé. Para que nos vamos a engañar: esto, mismamente, es lo que prolifera en Amazon. Es decir, pequeñas casas de madera producidas en serie que arquitectónicamente parecen sacadas de un tiempo pasado que ya fue y que poco, por no decir nada, tienen que aportar a la tendencia actual de hogares industrializados de gran tamaño que muchos arquitectos y empresas especializadas están impulsando.
Hay excepciones, por supuesto, como la casa modular Cliff del fabricante estonio Q-haus, que en la propia descripción del producto se anuncia como un "contenedor portátil" que puede incluir entre dos y tres dormitorios, así como uno o dos baños. Tiene un precio de 119.000 dólares y, a pesar de que no puede enviarse a nuestro país, arquitectónicamente sí que podría decirse que es algo más acorde con las exigencias de estos momentos. Sin lugar a duda, aquí hay algo de vital importancia a remarcar: la mayor evolución que han vivido las casas prefabricadas en los últimos años ha venido dada por la implementación de técnicas y materiales eficientes energéticamente respetuosos con nuestro frágil planeta. Y, ante todo, la personalización, la libertad que el cliente (así como los arquitectos y los diseñadores) tiene para escoger y customizar hasta el más mínimo detalle de la edificación según sus gustos y necesidades. En Amazon, como pueden imaginarse, esta personalización deja muchísimo que desear.
No hace falta decir que, en el caso de que quieras apostar por una vivienda de estas características, lo mejor que puedes hacer es recurrir a un estudio de arquitectura o a uno de los muchos y excelentes fabricantes que hay en nuestro país especializados única y exclusivamente en este sistema constructivo. No solamente podrán asesorarte y resolver todas tus dudas desde el primer momento, sino también crear especialmente para ti la casa que siempre habías soñado con una transparencia y una profesionalidad más que demostrada. Invertir en tu hogar no es una tontería.
Volviendo a Amazon, dicho comercio online no tiene en cuenta elementos de suma importancia como el estado de la parcela donde se ubicará, los problemas normativos que pueden surgir durante el proceso (ya que parte de la base de que el cliente dispone de un certificado urbanístico previo), la instalación del agua y la luz o la construcción in situ. ¿Recuerdan aquel día en el que Kristian Pielhoff, el célebre presentador del programa Bricomanía, nos enseñó a construir una piscina para el jardín? Siempre y cuando se dispusiera de una pala excavadora, claro está... Pues lo mismo ocurre con el último grito de Amazon. Aunque las piezas vengan hechas de fábrica, levantar una casa prefabricada no es un puzle tridimensional ni algo que cualquiera sin conocimientos técnicos puede hacer de la noche a la mañana. Por favor, dejemos a los expertos hacer su trabajo.