“¿Qué más da lo que yo haga, si no voy cambiar el mundo?” ¿Te suena este pensamiento? Hoy es el Día Internacional Contra el Cambio Climático y tus acciones tienen mucho más poder del que te imaginas.
El 25% de los gases de efecto invernadero se originan por la electricidad y producción de calor, el 24% por la agricultura y otros usos del suelo, el 21% por la industria y el 14% por el transporte. Por lo que si enciendes la luz, mantienes tu casa caliente o fría, comes, utilizas transporte y compras objetos que fabrica la industria, algo puedes hacer.
Te vamos a dar algunos consejos muy sencillos para implementar sin mucho esfuerzo:
Consume local y de temporada
Estamos acostumbrados a comer lo que queramos cuando queramos, sin fijarnos en las temporadas ni el origen de nuestros alimentos. En la actualidad es normal encontrar productos básicos, como las legumbres, que vienen de la otra punta del planeta. Así que, cuando compres, acostúmbrate a mirar la procedencia de los alimentos.
Cuando consumimos productos de temporada es más fácil que sean locales. Además es una forma de seguir el paso de las estaciones, de comer más sano (la naturaleza es sabia) e incluso de ahorrar dinero. Si tienes dudas de lo que está de temporada esta web te puede ayudar.
Imagina toda la energía que se puede ahorrar consumiendo alimentos producidos a cincuenta kilómetros de tu casa en lugar que a diez mil.
Reduce el consumo de alimentos de origen animal
La producción de carne y lácteos genera el 14,5% de los gases efecto invernadero. Aunque parezca increíble, entre un 75 y 83% de la superficie agrícola se destina a la ganadería. No solo para pastos, también para producir piensos. Solemos tener la imagen idílica que vacas pastando en la montaña, pero en realidad es menos idílica, la mayoría se alimentan de piensos.
Se calcula que el 80% de las deforestación del Amazonas se debe a la actividad ganadera, principalmente para plantar soja, que no se utiliza para hacer tofu, sino para hacer piensos destinados a la ganadería. Así que un poco más de verde no nos viene mal, ni a nosotros ni al planeta.
No desperdicies comida
Según la FAO alrededor de un tercio de un tercio de alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia.
Si el desperdicio alimentario fuera un país, ocuparía el tercer lugar en el mundo, después de China y Estados Unidos, produciendo el 8% de las emisiones provocadas por el hombre.
Lo mires como lo mires, no tiene ningún sentido, por lo que mejor no contribuir a ello.
Cambia a las renovables
Echa un vistazo a la compañía con la que tienes contratada la electricidad. No te dejes influenciar por los titulares. ¿Qué porcentaje de la energía proviene de fuentes renovables? Así de sencillo. En Europa, solo el 17,5% de la energía que utilizamos proviene de fuentes renovables. Cuanto más seamos demandando energía verde más prisa se darán en priorizarla. Cada vez hay más empresas de energía sostenible con precios competitivos. Y no significa mucho papeleo, por teléfono o internet lo solucionas en un “plís”.
Genera menos residuos
Detrás de una simple bolsa de plástico hay un largo camino de extracción de materiales, producción, transporte y tratamiento cuando se convierte en residuo. ¡Hay tantos envases superfluos e innecesarios que son tan sencillos de evitar! El mejor residuo es el que no se genera. Menos es más.
No malgastes energía
No calientes ni enfríes tu casa mucho más de lo necesario, apaga las luces innecesarias, cuando tengas que cambiar de electrodomésticos, elige los de bajo consumo, tiende la ropa al sol en lugar de usar secadora, utiliza bombillas led… Hay tanto por hacer en cuestión de ahorro de energía. Además, te proponemos ir un paso más allá y hacer un día a la semana la hora del planeta, desconectar todos los aparatos electrónicos, incluso apagar la luz. No sólo lo agradecerá el planeta, sino tu salud mental. ¡Qué bien viene estar una simple hora desconectado!
Muévete sosteníblemente
Anda, pedalea, utiliza transporte público, vehículos de movilidad compartida… Depender menos del coche trae muchas ventajas. Solo en Europa mueren cada año 800.000 personas por contaminación del aire. ¿En qué ciudades queremos vivir? Sin duda en ciudades donde las personas y medio ambiente tengan más importancia y espacio que los coches. En la actualidad es al revés. Si tienes coche utilízalo con inteligencia y no por rutina.
Consume responsablemente
“¿Realmente lo necesito? ¿Me va a aportar algo especial? Si eso ya vengo la semana que viene y lo compro”. Plantéate estas preguntas antes de comprar nada innecesario. Y suele funcionar, a los tres días ni te acuerdas de lo que ibas a comprar.
Muchas de nuestras compras son totalmente impulsivas. No necesitamos tanto, ni las cosas nos hacen más felices. ¡Menos cosas y más experiencias!
No te calles. Reclama
Pensamos que los cambios vienen de arriba a abajo, pero en realidad es al revés, suelen venir de abajo a arriba. Si los ciudadanos no los exigimos no llegan. Cuando veas algo que no te gusta, no te calles. A veces es tan fácil como mandar un email o dejar una sugerencia.
Planta un árbol (o muchos)
Los árboles absorben el CO2 de la atmósfera, por lo que su importancia es vital en la lucha contra el cambio climático. Si eres de los afortunados que tu familia tiene cualquier terreno, o un simple patio, planta un árbol. Y si no, respalda a proyectos de reforestación. Más árboles significa más oxígeno y menos dióxido de carbono.
Tendemos a ver los problemas medioambientales como inabarcables y ajenos a nosotros, de lo que tienen que preocuparse los gobiernos e instituciones, pero en realidad la batalla también se libra en cada uno de nosotros. ¿Qué no podemos cambiar el mundo? Si somos millones de personas intentándolo, seguro que lo conseguimos.