A comienzos del siglo XXI, un grupo de galerías, ferias y creadores decidieron independizarse de la mera funcionalidad de los objetos y abrazar los códigos del arte. Dos décadas después, el "diseño de colección" se ha consolidado con una explosión de nombres nuevos que no eclipsan a los grandes de siempre. Amueblar con este tipo de piezas es el epítome de la exclusividad.

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Retrato de Trevyn y Julian McGowan.
K. Bester

En tan solo dos décadas

En apenas veinte años (que ya sabemos que no son nada), el diseño de colección se ha convertido en un nuevo polo de atracción para compradores e inversores de todo el mundo. Se trata de piezas únicas, guiadas no tanto por su función como por su belleza o su carga conceptual, que se asimilan al arte y que se han hecho fuertes en galerías y ferias especializadas.

"En África, la artesanía se está reinventando con gran proyección internacional", cuentan Trevyn y Julian McGowan de Southern Guild, Ciudad del Cabo.

Silla de Joaquim Tenreiro
Joaquim Tenreiro

Galerías de renombre

Ahí están las consolidadas Design Miami (con su versión en Basel y este otoño también en París), Collectible en Bruselas, PAD London y París o espacios como Carpenters Workshop, Nilufar o The Future Perfect.

Silla, de Joaquim Tenreiro, en JCRD Design.

mueble Gueridón, de Florence Louisy
Aequõ

Una transformación sin precedentes en el siglo XXI

"La verdadera revolución se produjo ya en este siglo. Y el boom se dio a principios de la década de 2000, cuando o bien los tradicionales dealers de muebles de los años cincuenta y sesenta se sumaron al contemporáneo o nacieron jóvenes firmas rompedoras", explica Xavier Franquesa, de la galería Il·lacions, en Barcelona.

Gueridón, de Florence Louisy, en galería Aequõ, Bombay, la primera de diseño coleccionable en la India.

Mesas de Noro Khachatryan.
N. Khachatryan

Síntesis entre expresión artística y diseño

De hecho, fue en 2009, cuenta, cuando la chaise longue Lockheed, de Marc Newson, se vendiópor 1,1 millones de libras, para adquirirse poco después por cerca del doble.

Nina Yashar, detrás de la milanesa Nilufar, lo confirma. "Lo que comenzó como algo residual es hoy un fenómeno global. Creadores y expertos abrazan la fusión de arte y diseño, desdibujando las disciplinas".

Mesas de Noro Khachatryan, en VIVID gallery.

lámparas blancas de techo. Piezas de diseño.
E. Badrinas

Un win win

Luis Sendino, al frente de la Side Gallery de la Ciudad Condal, añade que todos han salido ganando: "Hemos sido capaces de generar espacios de libertad fuera de los límites de lo comercial".

Anthony Barzilay Freund, director editorial de 1stdibs, remarca: "Así como la fotografía permitió a la pintura explorar más allá de la fidelidad naturalista y aventurarse en la abstracción, el design se ha desacoplado de los requisitos funcionales".

Lámparas Soft Boxing series II, de Frederik Nystrup-Larsen y Oliver Sundqvist, en Side Gallery.

retrato de Liv Vaisberg y Clélie Debehault
E. Donckers

Milán, Londres y París

Las coordenadas geográficas, eso sí, han cambiado a lo largo de los años. Aunque Milán, Londres y, últimamente, París siguen mandando, "Copenhague, Nueva York o Róterdam están despertando", nos advierten Liv Vaisberg y Clélie Debehault, cofundadoras de la feria Collectible de Bruselas. África, México o la India se han sumado a la fiebre.

El contenido, sin embargo, se ha movido. "Las piezas son más surrealistas y personales, y hay preocupación por su impacto social y ambiental", asegura Freund.

 retrato cortesía de Vikram Goyal
F. Floriani

Con artistas emergentes

"Buscamos formas de vivir sostenibles, pero sin comprometer la belleza. Y es ahí cuando se aprecia el valor de invertir en artesanía e innovación, eligiendo objetos atemporales y multidisciplinares, que mezclan moda, tecnología, música y design", constata Grela Orihuela, vicepresidenta de Ferias de Design Miami.

Parece, por tanto, que el sector goza de buena salud, aupado por los nombres de siempre (De Cotiis, Marcelis, Carbonell, Bethan Laura Wood) y otros nuevos, de los nacionales Ovidi Benet y Lucas Muñoz a Flavie Audi, Audrey Large o Vikram Goyal.

Vikram Goyal, creador del estand de Nilufar en PAD London 2023. "Me gusta pensar que en mi trabajo confluyen arte, diseño y artesanía", explica.

Silla lunar de Bohinc Studio
Bohinc Studio

Valor seguro

El tiempo, dicen, confirma su rentabilidad. "Una pieza de Antoni Arola que se vendió hace dos años se valora ahora un 20 % más", cuenta Franquesa. "La calidad, la innovación y la belleza siempre encontrarán gente que quiera invertir en ellas", concluyen en 1stdibs. Su larga vida parece, pues, asegurada. La Silla Lunar es de Bohinc Studio.

Consola negra
Design Miami

Un acontecimiento mundial

"Lo que comenzó como algo residual es hoy un fenómeno global". Nina Yashar, Nilufar. 

Consola Washington, de Jean-Michel Wilmotte, en la galería Ketabi Bourdet.

 

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