Reducir, reciclar y reutilizar. Estos son los tres principios que se enseñan constantemente para luchar contra la contaminación y el cambio climático. Sin embargo, son muchas las pequeñas acciones que podemos hacer desde casa y en los productos que seleccionamos para contribuir a un desarrollo sostenible. Al fin y al cabo, si todos cambiásemos pequeñas rutinas, se podría conseguir un gran cambio. Es evidente que las grandes industrias juegan un papel muy importante, y la cantidad de residuos y contaminación que producen no se pueden comparar con lo que se produce a nivel individual. Pero en muchos casos, nosotros como consumidores tenemos la potestad de hacer ver a las industrias qué tipos de productos queremos, con qué materiales, qué envases y qué residuos. De esta forma, las industrias seguirán generando residuos, pero no es lo mismo un residuo biodegradable que toneladas de plástico que tardarán miles de años en desaparecer.