Quien ha salido de fiesta en los 70 es muy probable que se haya sentado en una Gufram. La empresa fabricante de sillones y mobiliario ha sido siempre símbolo de modernidad, atrevimiento, ruptura e innovación, por no decir, un clásico de las zonas vip de las discotecas más exclusivas. Fundada en 1966 por los hermanos Gugliermetto, en Grosso, Turín, la firma pronto se abrió paso en la escena artística del Pop Art, de la mano de los diseñadores Giuseppe Raimondi, Piero Giraldi y Studio65, entre otros. Gufram se lanzó sin miedo a la exploración de nuevas formas, texturas y materiales que ampliaron las fronteras del diseño de producto.
El actual director artístico de la firma, Charley Vezza, pretende revolucionar la próxima edición del Salón del Mueble de Milán con Disco Gufram, una exposición que renueva el espíritu extravagante y psicodélico de la empresa. El espacio presentará la última línea de mobiliario Gufram, inspirada en las noches surrealistas de la estética disco, con diseños de los estudios Atelier Biagetti, GGSV, y Rotganzen.
Alberto Biagetti and Laura Baldassari, de Atelier Biagetti, se sumergen en los archivos de Gufram para reinterpretar la célebre línea Discoteca, de 1970. La nueva colección es una versión contemporánea y atrevida del clásico, formado por un set de 5 sillones tapizados, con los nombres Betsy, Tony, Stanley, Jimmy and Charly. Para los diseñadores, “cada pieza ha sido concebida como una persona con una particular actitud, sentido del humor, belleza, algunos vicios, y sueños que se vuelven salvajes durante la noche”.
GGSV, la firma parisina de Gaëlle Gabillet y Stéphane Villard, propone la colección de alfombras Dance Floor, que con sus divertidas formas y variedad de colores flúor pretenden, como su nombre indica, convertirse en una improvisada pista de baile dentro de casa.
La firma de diseño danesa Rotganzen colabora con la colección After Party, un conjunto de tres armarios y dos mesas de centro, que nos recuerdan la naturaleza caduca del glamour de la noche de fiesta. Las bolas de discoteca deformes son una imagen melancólica del pasado, que el estudio define como “una metáfora visual de una gloria en decadencia”.