Pueden ser varios los motivos que lleven a querer darle mayor amplitud visual a nuestra casa y, contrariamente a lo que se piensa, no todos están relacionados con la falta de metros. Una mala distribución, techos bajos, colores oscuros o pasillos estrechos son otras de las razones que lideran este particular ranquin.
Cuando se trata de aumentar el espacio hay dos opciones: reformar o aplicar buenos trucos que ayuden a ganar la partida. Cada espacio necesita un tratamiento adecuado, por lo que es importante analizar el lugar donde se requiere esa amplitud visual comprendiendo cómo funciona, aportando elementos nuevos y eliminando aquellos que lo están impidiendo.
La luz es uno de los factores esenciales que van a contribuir a lograr el efecto deseado. Los espejos y el cristal también van aportar su granito de arena. Y, por último, las paredes donde la pintura y los patrones horizontales van a conseguir un efecto unificador perfecto para engañar al ojo.