Las plantas transmiten frescor, alegría y vida. De hecho, te mantienen en sintonía con la naturaleza lo que es perfecto si se trata de una zona urbana. En principio, una casa con una buena selección de ellas siempre va a resultar más agradable que otra que no las tenga. Pero, como todo, también tiene una cara B.
Como seres vivos que son, las plantas requieren cuidados y atención. Además, cada una tiene sus peculiaridades y sus necesidades varían, aun siendo de la misma familia. Por eso, antes de lanzarte a la aventura hay que asumir la responsabilidad de querer cuidarla y procurarle el mejor hábitat, a no ser que quieras empezar a verla mustia y triste, hojas en el suelo y, lo peor, plagas acechándola.
El primer paso para acertar es concretar cuáles son tus necesidades decorativas. Valorar si necesitas una planta grande para llenar una esquina, o varias muy pequeñas para hacer una composición en una repisa estrecha te ayudará a inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
Una vez determinada la ubicación, tendrás que estudiar las condiciones de luz y temperatura. Hay plantas que no toleran el sol directo por lo que es mejor no ponerlas en la terraza o al lado de la ventana, salvo que tenga cortinas. La mayoría necesitan un ambiente luminoso así que, para zonas que no lo sean tanto, mejor decantarte por especies resistentes como monstera, violeta africana, kalanchoe o sansevieria.
Respecto a las plantas suculentas, si bien es cierto que sus necesidades de agua son moderadas, esto no quiere decir que sean indestructibles y no la necesiten. En el lado contrario, se encuentran aquellas de riego frecuente. Infórmate bien en tu centro de jardinería ya que a la mayoría les perjudica el exceso de agua. Es más, el encharcamiento es el caldo de cultivo perfecto para hongos y plagas.
Por otro lado, hay muchas plantas de exterior que son utilizadas como plantas de interior, pero esto no quiere decir que lo sean, así que asegúrate que la habitación en la que se encuentran tenga buena ventilación, pero evitando las corrientes de aire. Otro punto a tener en cuenta es el relacionado con el abono. Sigue siempre las instrucciones del fabricante ya que una dosis superior a la indicada podría quemar la planta.
En cuanto al tipo de maceta y macetero, mejor amplios que muy pequeños. Por muy bien que quede esa esmaltada y que tanto te gusta, mantenerla ahí solo conseguirá ahogar las raíces. Cerámica, piedra e incluso cemento son algunos de los materiales que albergarán tu planta, integrándose como un elemento más de la decoración de tu casa moderna. Las cestas de fibra y las de macramé son perfectas para las plantas colgantes puesto que amplían la altura de la estancia moderna con un aire bohemio y desenfadado.
En último caso, si ves que es imposible o que no eres capaz de establecer una rutina de cuidados, las plantas artificiales son una buena opción. Evidentemente no cuentan con tantas ventajas como las plantas frescas pero tampoco tienen sus inconvenientes. Además, en la actualidad es posible encontrar modelos muy bien logrados que nada tienen que ver con aquellos de plástico o tela de antaño.