Ante la visita de familiares o posibles imprevistos, se agradece contar con un cuarto de invitados en el que puedan tanto pasar la noche como alojarse unos días. ¿Cómo debe ser esta habitación para que se encuentren realmente a gusto?
Aunque no siempre es posible, lo idóneo sería que la estancia estuviera algo apartada a fin de disfrutar de cierta independencia. Contar con baño y terraza propios son otras de las posibilidades que ayudarán a mejorar su estancia. También ha de ser un lugar confortable en el que poder dejar sus cosas y que resulte acogedor, pero sin ser excesivamente personal, por lo que es mejor abstenerse de colocar fotografías muy familiares. Para asegurarse el éxito, su diseño puede plantearse como la habitación de un hotel con un mayor grado de calidez.
Si los invitados traen equipaje, armarios y cómodas se convertirán en grandes aliados para depositar sus pertenencias y que estas no permanezcan a la vista. Poder colgar la ropa y vaciar la maleta tranquilamente para instalarse en las que van a ser sus dependencias durante unos días, facilita la desconexión y el relax.
Un banco de almacenamiento a los pies de la cama si el espacio lo permite o junto a la pared si no es así, marca la diferencia añadiendo valor. Este versátil elemento tiene la triple función de actuar como asiento, almacenar y decorar elegantemente. Es perfecto para dejar el bolso, guardar otras pertenencias y sentarse cómodamente para cambiarse de zapatos.
Una alfombra mullida y suave, será el complemento perfecto para vestir la habitación proporcionando confort y aislándola del ruido y el frío. Puede colocarse bajo la cama, a un lado o en una zona destinada a la lectura. Esta idea de agregar un rincón especial pensado para la relajación más allá de la cama es realmente valorada por los huéspedes, puesto que les permite disfrutar de un tiempo para ellos mismos.
Para crear este espacio pueden usarse elegantes sillas de comedor, una cómoda butaca o sillas de diseño con reposapiés. Una mesita auxiliar y una lámpara de pie para iluminar esa zona y dotarla de mayor intimidad son otros de los elementos que resultarán de gran utilidad.
El dormitorio de invitados es una gran oportunidad para probar algo diferente en términos decorativos de tal manera que sea algo distinto del resto de la casa. Un color nuevo, unos estampados más llamativos o un mueble original son algunas ideas en este sentido.
Elementos como espejos, velas aromáticas, cojines y mantitas van a hacer de esta habitación un lugar más acogedor. Por su parte, las plantas, los libros, una figura discreta y cuadros bonitos son perfectos para dar color, interés y hacer sentir realmente a gusto a los invitados.